La falta de oportunidades o la baja instrucción académica que acarrean algunos sectores de la población, provocan el fenómeno del autoempleo que puede sonar atractivo, pero en algunos casos se convierte en un riesgo para la ciudadanía en general.
Es bien sabido que los vendedores de crucero arriesgan la vida todos los días al caminar entre los carros; no obstante, la calidad de vida de la mayoría de ellos es preocupante debido al consumo de alcohol y drogas, sobre todo solventes.
Los semáforos de la capital chiapaneca son los lugares idóneos para que los limpiaparabrisas, hombres y mujeres de cualquier edad, ofrezcan sus servicios por una moneda; sin embargo, algunos de estos individuos, adictos a soluciones, aprovechan lo que ganan para comprar algún químico y mantenerse bajo los efectos de éste.
La mayoría de sus historias de vida son similares en cuanto a lo adversas. Algunos fueron abandonados y otros escaparon de sus hogares para buscar una mejor vida lejos de la violencia.
Muchos de los automovilistas manifiestan su molestia ante el oficio de estos jóvenes. Uno de ellos señala que, “te quieren limpiar el parabrisas, aunque tu auto esté recién lavado y usualmente mantienen una actitud agresiva si te niegas a cooperar con ellos”.
Por lo que rechazan el comportamiento de estas personas y otros refieren que, en caso de no darles dinero o permitir que te limpien el parabrisas, han llegado al grado de dañar el vehículo y en casos extremos hasta agresiones físicas contra los conductores.
Hay sujetos que se dedican a limpiar los parabrisas, los cuales afectan a la sociedad, ya que algunos son groseros, necios o drogadictos. Al tomar en cuenta que un 40 por ciento de los “limpiaparabrisas” o individuos que laboran en cruceros, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, son menores y niños, los cuales deberían estar estudiando y no exponiéndose en la vía de esa manera.
Expertos indican que este problema se presenta en todo el país y es una salida que toman ciudadanos – en edad productiva- que podrían tener otra labor, pero se les hace más fácil dedicarse a esto, ya que no tienen jefe ni horarios que cumplir y en tres horas de trabajo, algunos pueden recolectar, desde 200 hasta 500 pesos.
CENTROAMERICANOS AL RELEVO
A últimas fechas, la situación ha aumentado debido a que el flujo de migrantes, independientemente de que se queden en la ciudad o continúen su ruta, han tomado esta forma fácil de obtener dinero.
Pero, la situación no para ahí. Los grupos de limpiaparabrisas son celosos de sus plazas, y tal parece que, en algunos puntos están organizados, así que no permiten que cualquiera entre en su territorio. Estos son algunos ejemplos; crucero de la rotonda de La Diana Cazadora y exfuente Mactumatzá, bulevar Ángel Albino Corzo y calle El Pencil, por mencionar algunos
El fenómeno va más a la de un problema social, ahora también pertenece al orden de la seguridad, esto debido a que es un punto de quiebre entre delinquir y “trabajar por su cuenta”, delimitado por una línea muy delgada; y, es que las condiciones en las que estas personas viven son deplorables y en cualquier momento podría detonar en acoso sexual callejero, asaltos, incluso narcomenudeo, entre otras actividades delictivas.
En este sentido, las dependencias de gobierno deberán poner especial atención en este sector de la sociedad, ya que no existen programas para prevenir o corregir esta problemática en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez.
De acuerdo con datos oficiales, en la capital el 40% de la población que se dedica a estas labores, son menores de edad y la mayoría no ha terminado la primaria y son adictos a alguna sustancia.
PROTÉGETE
1. Al detenerte en un semáforo realiza una vista periférica de personas a tu alrededor, como vendedores, limpiaparabrisas, malabaristas. Identifica distancias y ve qué hacen, si están cercanos no se distraiga.
2. Cierre las ventanillas de su carro; si no tiene aire acondicionado, trate de cerrarlas al máximo dejando una pequeña abertura.
3. No consulte sus celulares o chatee, esa distracción puede ser aprovechada por delincuentes; además que ubicarán el celular que usa y eso les puede llamar la atención.
4. No porte objetos de valor que pueden ser observados desde afuera del vehículo, de preferencia podría quitarse anillos y pulseras, al llegar a su destino seguro los puede usar de nuevo.
5. No hable por celular cuando esté detenido en un semáforo, aparte que se distrae puede llamar la atención de cualquier sujeto cercano, y ser una potencial víctima de robo.