San Cristóbal de Las Casas.- Continúa el abuso a menores por parte de los mismos padres, cuando a muy corta edad los ponen a trabajar, ya sea por necesidad o simplemente por costumbre de que entre la gente indígena los niños sean llevados a la ciudad y explotados por ellos mismos, o para algunos otros “jefes”.
Encontrarse con infantes que piden dinero en las calles se ha convertido, desafortunadamente, en algo cotidiano, ya que los altos índices de pobreza y la irresponsabilidad de los padres son factores que han incidido en el aumento de cifras de trabajo infantil.
Los pequeños con edades entre seis y nueve años, son los más afectados por esta problemática; inclusive, se ha podido identificar que los progenitores determinan que actividad hará su hijo según su género. Por ejemplo, mientras una niña vende dulces, un niño limpia parabrisas y así se la pasan todo el día y todos los días; además comen lo que les regalan o bien, algunos se alimentan de los mismos productos que venden.
Uno de estos casos se dio hace unos días cuando autoridades de este municipio y de la presidencia detectaron a infantes que dormían en la parte baja del estacionamiento de la plaza catedral; por lo que fueron alimentados y presentados ante el Ministerio Público, seguido de llevarlos a un albergue.
Los pequeños dijeron que su abuela, quien es de Chanal, los obliga a pedir dinero, y lamentablemente muchos de ellos al no conseguir el efectivo, deciden no regresar a sus hogares, y comienzan a quedarse en las vialidades, mientras que otros se drogan para terminar con lo que pudo haber sido una larga vida y llena de cosas buenas
Es necesario que los funcionarios estatales u organizaciones sociales, así como el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia hagan algo por ellos, puesto que en las últimas horas, policías municipales en sus recorridos detectaron a un menor de escasos cuatro años llorando y perdido sobre la calle Insurgentes y la Hermanos Pineda, cerca de la OCC.
Este infante, quien llevaba consigo una canastita con artesanías que vendía, dijo que se había extraviado y que su mamá estaba en el parque; de manera inmediata, elementos femeniles de la misma corporación procedieron a auxiliarlo para dirigirse al Centro Histórico donde hallaron a la madre, quien dijo llamarse María Méndez y le fue entregado el niño con las recomendaciones necesarias.
Algunos niños son explotados por sus propios padres, debido a que por su inocencia, reciben más dinero por parte de los adultos.