Los cadáveres encontrados durante la tarde del martes en el barrio Covadonga del municipio de Chiapa de Corzo, ya fueron identificados y se trataban de Marco Antonio Peña Gómez, de 25 años de edad, y Julio César “N”, de 14 años; por lo que, ahora resta saber cómo fue que terminaron en el fondo de un pozo.
De acuerdo con la información de sus familiares, fue durante la tarde del sábado 16 de febrero que los vieron por última vez. Sus seres queridos comenzaron a buscarlos en las colonias de Chiapa de Corzo para dar con ellos y saber si estaban bien.
Sin embargo, no fue así, incluso estuvieron a punto de acudir ante la Fiscalía General del Estado para que se girara una búsqueda más intensa.
Sus planes fueron concluidos durante la tarde del martes, cuando algunos vecinos de la Covadonga fueron a buscarlos a sus casas y comentarles sobre lo que había visto.
Pronto, se dirigieron a la escena y observaron un gran cúmulo de curiosos y elementos policiacos acordonando el lugar. En este sentido, los oficiales se abrieron camino e ingresaron a una ranchería que los condujo a casi 25 metros a través de un camino sinuoso.
Al arribar a unos árboles de mango, ubicaron un pozo de 15 metros de diámetro y en su cuarta parte repleta de agua. Al asomarse, observaron justo a 15 metros de profundidad, los restos de dos sujetos, los cuales ya entraban a estado de putrefacción.
Los oficiales acordonaron la zona de forma inmediata y solicitaron la intervención de los Servicios Periciales de la Fiscalía General del Estado para que hicieran las diligencias correspondientes.
Por otro lado, trascendió que los cuerpos podrían haber tenido casi tres días de estar en el fondo del pozo; en la superficie había manchas de sangre y pedazos de carne por lo que se presume que estas personas fueron agredidas y arrojadas al fondo del pozo.
Algunos elementos policiacos observaron una enorme piedra colocada cerca del pozo, estaba machada con sangre y pedazos de piel.