Hay que desregular y reordenar el último eslabón de la cadena de los hidrocarburos: el punto de venta final. La normatividad vigente concentró aún más los expendios en los sitios en los que de por sí existe sobreoferta, y alejó a los establecimientos todavía más de los lugares que están rezagados en la materia desde hace tiempo, según la Asociación Mexicana de Proveedores de Estaciones de Servicio (AMPES).
El presidente del gremio, Isaías Romero Escalona, dijo que para abrir un centro de despacho de combustibles el empresariado debe efectuar trámites ante los gobiernos federal, estatal y municipales. Sin embargo, en la práctica algunas gestiones implican duplicidad o son onerosas, como las licencias requeridas por los ayuntamientos.
A poco más de cinco años de la aprobación de la Reforma Energética, la comercialización de carburantes es una actividad sobrerregulada. Ello no sólo obstaculizó la instalación de negocios, también fomentó un “crecimiento desordenado”, afirmó.
Los efectos de la distorsión del mercado, según él, están a la vista. La mayoría de las nuevas gasolineras fueron inauguradas en ciudades, autopistas y carreteras. El medio rural, “el más vulnerable al robo de combustible”, fue marginado. Asimismo, durante el primer trimestre de 2019 en el país, la cantidad de franquicias aumentó a una tasa de 0.8 por ciento, cuando en el ejercicio anterior el índice era de 2.5 por ciento.
De hecho, el número necesita incrementar en siete por ciento al año para que en 2024 haya los 10 mil nuevos puntos de venta que México demandará para ese entonces. La situación es agravada por la incertidumbre que impera en la Comisión Reguladora de Energía (CRE). Los problemas con quienes fungen como comisionadas o comisionados de ese órgano provocaron que estén “atoradas” 180 solicitudes de permiso para abrir expendios, aseguró.
El líder informó que continuarán pugnando ante las autoridades gubernamentales para que en ese eslabón de la cadena de los petrolíferos haya “piso parejo”. También promoverán entre sus agremiados llevar sus servicios a las zonas rurales.
Sin sobrerregulación habrá más participantes en el mercado y, por ende, más competencia. Bajo esas condiciones, la reducción en el precio del producto es más factible o palpable, puntualizó.
La AMPES dio a conocer que actualmente en el país hay cerca de 11 mil 800 estaciones de servicio. La CRE reportó que hasta 2017 Estado de México (964), Jalisco (870) y Veracruz (697) eran los líderes en este rubro. Hasta agosto del año pasado en Chiapas había 293 licencias.