Ni las moscas se paran en la clínica Covid de Tapachula, o al menos eso es lo que parece.
La Secretaría de Salud ha presumido apenas la semana que termina que no hay pacientes hospitalizados por el virus en esté mayor clínica situada al sur de la localidad.
Sin embargo, una fuente consultada por Diario del Sur al interior del nosocomio, ha revelado que prácticamente ha sido “desmantelada” en cuanto a personal médico.
“Ricardo”, empleado del lugar que ha pedido su nombre sea cambiado, expuso que los especialistas fueron retirados de esta clínica.
“Ya no hay nadie ( especialistas), se han ido, así que no es tanto que no haya pacientes porque no hay contagios, sino que ya no aceptan a pacientes porque no hay quien los atienda”, aseguró.
Agregó que llegaron tres pacientes que requerían hospitalización, pero fueron subrogados al Hospital General Manuel Velazco Suárez.
Pero al hacer contacto con el área de difusión del citado hospital, este departamento afirmó que no existen pacientes internados con diagnóstico de Covid-19.
El Hospital General no tiene pacientes Covid-19, si alguien viene al hospital con síntomas del virus, se refiere a la clínica Covid
El pasado 5 de diciembre, Diario del Sur consultó a la Secretaría de Salud sobre el número de personas internadas en su clínica Covid de Tapachula. La respuesta fue que ningún paciente permanecía internado, así como que existen 30 camas disponibles.
Se volvió a consultar, pero esta vez no hubo respuesta.
Se visitó la zona de la clínica en Tapachula. Todo desierto, cuando anteriormente prevalecían militares afuera en custodia de personal médico y pacientes, pero ahora nadie se asoma, el Triage, que es el área de recepción de sospechosos por el virus, también está inoperante.
Y desde afuera hacia adentro, pareciera que todo está abandonado. Ni sus luces de los médicos, tampoco de gente que llegue en busca de ayuda.
Lo que algún día una calle atorada de gente en espera de noticias de sus familiares, o personas que llegaban a clamar por ayuda, hoy es un sitio solitario y en silencio, con el ruido lejano de voces y televisores de familias que viven en el fraccionamiento aledaño.
“A algunos les dicen que se vayan a su casa, no es que vengan por montones como antes, pero sí, los mandan a confinarse”, finaliza “Ricardo”.