París, Francia.- Emmanuel Macron espera capitalizar la enormeexpectativa que provocó su debut en una cumbre europea para crearuna dinámica tan vigorosa como la que impusieron el expresidentefrancés François Mitterrand y el excanciller alemán Helmut Kohlen los años 90.
En una entrevista acordada a ocho diarios del continente antesde salir de París para participar en la cumbre de Bruselas, Macronanticipó su intención de intensificar la cooperación con lacanciller germana Angela Merkel para profundizar la construccióneuropea y promover "una Europa que proteja". Para concretar su proyecto, el presidente francés cuentacon un marco particularmente favorable, como indicó el presidentedel Consejo Europeo (CE), Donald Tusk, en la invitación que envióa los 28 jefes de Estado y de gobierno de los países miembros:“Nos reunimos en un contexto político diferente del que existíahace algunos meses, cuando las fuerzas anti-UE parecían enalza”. Desestabilizada hace un año por el referéndum delBrexit, que decidió la salida de Gran Bretaña de la UniónEuropea (UE), el bloque consiguió superar ese momento traumático.El lanzamiento de las negociaciones con el Reino Unido, demostróel lunes pasado que los 27 son capaces de imponer su tempo a losbritánicos, fragilizados por la reciente derrota de la primeraministra Theresa May en las recientes elecciones legislativasbritánicas.
Gracias a sus recientes victoria en las eleccionespresidenciales y legislativas de Francia, Macron ingresó ayer porprimera vez al Justus Lipsius, el austero edificio del ConsejoEuropeo, como el “niño mimado” de Europa. Convertido en elcaballero blanco que salvó a Europa del peligro que representabala llegada de la extrema derecha al poder en Francia, cuenta con elcapital político necesario para convertirse en “la nueva cara deEuropa” conquistadora y reformista. La cita,que se prolongará hasta este viernes debe abordar una de lasagendas más densas de los últimos meses: migración, Brexit,defensa, clima y comercio. A diferencia de lo que ocurriócon François Hollande cuando asistió a su primera cumbre enBruselas en 2012, Macron puede contar ahora con Angela Merkel, quemultiplica los signos de apertura. Esta semana, la cancilleralemana incluso retomó el viejo proyecto francés de crear unministerio de Finanzas para la eurozona. Ambos coinciden además,tanto en la forma como en el fondo, en acordar una importanciaprioritaria al antiterrorismo y la lucha contra la radicalizaciónislamista. Esa inquietud incluye en particular las plataformas enlínea y su responsabilidad en la difusión de contenidosviolentos.
Ese tema, junto con la dramática situación de los migrantesque siguen llegando desde África, dio pie para comenzar a discutirla necesidad de una "verdadera política de defensa y de seguridadcomún" acompañada de una profunda reforma del sistema deprotección de las fronteras exteriores.
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Macron, que habla perfectamente alemán, también cuenta con elapoyo alemán para actuar con más energía en el sector económicoy social, así como para ejercer un mayor control sobre excesos dela globalización y ciertas prácticas de competencia desleal odumping social. El presidente francés y la canciller alemanatambién coinciden en mantener la dinámica creada por Acuerdo deParís sobre cambio climático a pesar del impacto provocado por elretiro de Estados Unidos. Macron incluso acaba de reafirmar suintención de convencer a Donald Trump de dejar sin efecto esamedida. Francia y Alemania también presentaronun informe sobre la aplicación de los Acuerdos de Minsk, firmadosen 2015 por Rusia y Ucrania, con el objetivo de aportar la paz alEste de ese país. La falta de respeto de ese acuerdo por parte deRusia explica el mantenimiento de las sanciones occidentales contraMoscú. Ante la ausencia de progreso, el binomio franco-alemándebería proponer nuevas medidas económicas de retorsión al menospor seis meses. May develó anoche en líneas generales losprincipios que guiarán las negociaciones de su país sobre lasuerte de los ciudadanos europeos que residen en Gran Bretaña,directamente concernidos por las consecuencias del Brexit: aquellosque viven en el Reino Unido desde hace cinco años tendránresidencia y derecho a educación, salud pública y otrosbeneficios sociales, prometió.
May abandonó después la reunión para que sus colegas pudierandefinir el llamado botín del Brexit, es decir decidir donde seinstalarán en el futuro los dos organismos que tenían su sede enLondres: la Autoridad Bancaria y la Agencia Europea deMedicamentos. No será fácil llegar a un fallo salomónico, puestodos los países de la UE están interesados recibirlos.
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