/ viernes 28 de enero de 2022

Crecen los permisos para comprar armas de fuego

Durante la primera mitad de la 4T se concedieron 16 mil 150, 31% más que en el primer trienio de Peña Nieto

Su historia con el uso de armas de fuego se remonta a su niñez. A los seis años de edad salía a cazar con su padre a las zonas montañosas de las orillas de la ranchería de donde vivía en Tepalcatepec, Michoacán. Su viejo le mostraba cómo sostener y apuntar la escopeta para dispararle a venados, aves y otras especies. Ahora, cerca de cinco décadas después, Roberto Partida Flores transmite sus conocimientos como instructor de armas a civiles, policías y militares en un campo de tiro en el Estado de México.

En los cursos que imparte lleva un rifle calibre 22 con mira telescópica, una escopeta calibre 12 y una pistola .380. Para adquirirlas tuvo que solicitar los respectivos permisos a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), única dependencia en México que emite dichas autorizaciones.

➡️ Compran 50 mil armas para la Guardia Nacional

Cada vez más mexicanos buscan hacerse de un arma para protección de su domicilio, para ingresarla a un club de caza o para colección. Según datos de la Sedena obtenidos por transparencia, en la primera mitad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (2019-2021) la dependencia recibió 23 mil 856 solicitudes de permiso para adquirir un arma, 15 por ciento más de las 20 mil 788 que ingresaron en el primer trienio de la administración de Enrique Peña Nieto (2013-2015).

Asimismo, la dependencia militar autorizó 16 mil 150 permisos en la primera parte del actual sexenio, 31 por ciento más que los 12 mil 288 aprobados en el mismo periodo de la administración anterior.

En resumen, cada vez más ciudadanos buscan armarse y el Ejército cada vez es más permisivo en que la gente lo haga. Mientras que concedió 59 por ciento de los permisos tramitados entre 2013 y 2015, avaló 68 por ciento de los gestionados entre 2019 y 2021.

Estos permisos otorgados a civiles son sólo para tener armas en sus domicilios y no para portarlas en las calles. Para esto último se debe solicitar una licencia de portación a particulares, que generalmente se otorga a las instituciones policiales o de seguridad privada.

SE BLINDAN ANTE EL CRIMEN

A 620 kilómetros de donde Roberto imparte sus conocimientos, en Zacatecas, la vida de Juan Carlos Sánchez, otro instructor, ha sido similar tras seguir los pasos de su padre que fue policía. En 2021, junto con otros amigos del ámbito de seguridad pública, decidió crear un campo de tiro con la intención de que más gente aprenda su uso a un costo accesible, pues es un deporte caro.

No sólo eso. Dice que muchas personas de la entidad –donde prevalece un clima de violencia que ha llevado a que algunos municipios se queden sin policías–, están interesadas en proteger sus domicilios.

“Están cansados. Es un hartazgo tristemente… Tengo conocidos que los han secuestrado, les han matado a familiares. Entonces de ahí comenzó esta situación de que la gente quiere saber defenderse y tener la posibilidad de hacerlo”.

Para solicitar una licencia para adquirir un arma de fuego el interesado debe presentar una serie de documentos como la cartilla del servicio militar liberada o un acta de nacimiento; carta de trabajo actual con el puesto, antigüedad y percepciones, y carta de antecedentes no penales expedida por la procuraduría o fiscalía de la entidad de residencia, con una antigüedad no mayor a seis meses, entre otros.

En abril de 2021 se adicionaron otra serie de requisitos como no tener impedimentos físicos y psicológicos, y no consumir drogas, todo avalado con certificados médicos.

DESINFORMACIÓN ALIMENTA EL MERCADO NEGRO

Antes de ser instructor de tiro, Roberto Partida se desempeñó 30 años como policía en la Ciudad de México. Fue capacitado por el FBI, el SWAT y enviado a distintos países para adiestrarse en el conocimiento de armas.

Por su parte, Carlos Sánchez se ha desempeñado como oficial en Zacatecas y ha sido capacitado en el uso de armamento y negociación de rehenes por la embajada norteamericana en Nuevo México, Estados Unidos, y también en Santa Marta, Colombia.

Ambos coinciden en que poseer un arma en el domicilio es una cuestión de cultura y un derecho. Según el Artículo 10 de la Constitución, “los habitantes de los Estados Unidos Mexicanos tienen derecho a poseer armas en su domicilio, para su seguridad y legítima defensa, con excepción de las prohibidas por la Ley Federal y de las reservadas para el uso exclusivo de la Fuerza Armada permanente y los cuerpos de reserva”.

Sin embargo, la desinformación conlleva a que quienes desean adquirirlas acudan al mercado negro donde sus riesgos y costos son mayores.

“Compran en el mercado negro por desconocimiento y hasta al doble de precio... Si tú vas al mercado de armas de la Sedena en la Ciudad de México, la compras y escoges, y son a un precio mucho más económico que en el mercado negro”, dice Sánchez.

“Ahorita el mercado en armas de fuego está sumamente elevado, como está prohibido. Un arma que de manera lícita que te cuesta 12 mil pesos, la encuentras en 30 mil, 40 mil o 50 mil pesos. Entonces es monstruoso para quien la compra y eso hace que el mercado continúe elevándose”, coincide Partida.

Alerta además que la persona que compra en el mercado negro puede estar comprando un problema porque no sabe si esa arma fue utilizada para cometer algún crimen.

Aun si el arma es legal, Roberto recuerda que “tener un arma no es para hacerse justicia propia, es para salvaguardar los bienes o tu vida”.



TE RECOMENDAMOS EL PODCAST ⬇️

Disponible en: Acast, Spotify, Apple Podcasts, Google Podcasts, Deezer y Amazon Music

Su historia con el uso de armas de fuego se remonta a su niñez. A los seis años de edad salía a cazar con su padre a las zonas montañosas de las orillas de la ranchería de donde vivía en Tepalcatepec, Michoacán. Su viejo le mostraba cómo sostener y apuntar la escopeta para dispararle a venados, aves y otras especies. Ahora, cerca de cinco décadas después, Roberto Partida Flores transmite sus conocimientos como instructor de armas a civiles, policías y militares en un campo de tiro en el Estado de México.

En los cursos que imparte lleva un rifle calibre 22 con mira telescópica, una escopeta calibre 12 y una pistola .380. Para adquirirlas tuvo que solicitar los respectivos permisos a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), única dependencia en México que emite dichas autorizaciones.

➡️ Compran 50 mil armas para la Guardia Nacional

Cada vez más mexicanos buscan hacerse de un arma para protección de su domicilio, para ingresarla a un club de caza o para colección. Según datos de la Sedena obtenidos por transparencia, en la primera mitad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (2019-2021) la dependencia recibió 23 mil 856 solicitudes de permiso para adquirir un arma, 15 por ciento más de las 20 mil 788 que ingresaron en el primer trienio de la administración de Enrique Peña Nieto (2013-2015).

Asimismo, la dependencia militar autorizó 16 mil 150 permisos en la primera parte del actual sexenio, 31 por ciento más que los 12 mil 288 aprobados en el mismo periodo de la administración anterior.

En resumen, cada vez más ciudadanos buscan armarse y el Ejército cada vez es más permisivo en que la gente lo haga. Mientras que concedió 59 por ciento de los permisos tramitados entre 2013 y 2015, avaló 68 por ciento de los gestionados entre 2019 y 2021.

Estos permisos otorgados a civiles son sólo para tener armas en sus domicilios y no para portarlas en las calles. Para esto último se debe solicitar una licencia de portación a particulares, que generalmente se otorga a las instituciones policiales o de seguridad privada.

SE BLINDAN ANTE EL CRIMEN

A 620 kilómetros de donde Roberto imparte sus conocimientos, en Zacatecas, la vida de Juan Carlos Sánchez, otro instructor, ha sido similar tras seguir los pasos de su padre que fue policía. En 2021, junto con otros amigos del ámbito de seguridad pública, decidió crear un campo de tiro con la intención de que más gente aprenda su uso a un costo accesible, pues es un deporte caro.

No sólo eso. Dice que muchas personas de la entidad –donde prevalece un clima de violencia que ha llevado a que algunos municipios se queden sin policías–, están interesadas en proteger sus domicilios.

“Están cansados. Es un hartazgo tristemente… Tengo conocidos que los han secuestrado, les han matado a familiares. Entonces de ahí comenzó esta situación de que la gente quiere saber defenderse y tener la posibilidad de hacerlo”.

Para solicitar una licencia para adquirir un arma de fuego el interesado debe presentar una serie de documentos como la cartilla del servicio militar liberada o un acta de nacimiento; carta de trabajo actual con el puesto, antigüedad y percepciones, y carta de antecedentes no penales expedida por la procuraduría o fiscalía de la entidad de residencia, con una antigüedad no mayor a seis meses, entre otros.

En abril de 2021 se adicionaron otra serie de requisitos como no tener impedimentos físicos y psicológicos, y no consumir drogas, todo avalado con certificados médicos.

DESINFORMACIÓN ALIMENTA EL MERCADO NEGRO

Antes de ser instructor de tiro, Roberto Partida se desempeñó 30 años como policía en la Ciudad de México. Fue capacitado por el FBI, el SWAT y enviado a distintos países para adiestrarse en el conocimiento de armas.

Por su parte, Carlos Sánchez se ha desempeñado como oficial en Zacatecas y ha sido capacitado en el uso de armamento y negociación de rehenes por la embajada norteamericana en Nuevo México, Estados Unidos, y también en Santa Marta, Colombia.

Ambos coinciden en que poseer un arma en el domicilio es una cuestión de cultura y un derecho. Según el Artículo 10 de la Constitución, “los habitantes de los Estados Unidos Mexicanos tienen derecho a poseer armas en su domicilio, para su seguridad y legítima defensa, con excepción de las prohibidas por la Ley Federal y de las reservadas para el uso exclusivo de la Fuerza Armada permanente y los cuerpos de reserva”.

Sin embargo, la desinformación conlleva a que quienes desean adquirirlas acudan al mercado negro donde sus riesgos y costos son mayores.

“Compran en el mercado negro por desconocimiento y hasta al doble de precio... Si tú vas al mercado de armas de la Sedena en la Ciudad de México, la compras y escoges, y son a un precio mucho más económico que en el mercado negro”, dice Sánchez.

“Ahorita el mercado en armas de fuego está sumamente elevado, como está prohibido. Un arma que de manera lícita que te cuesta 12 mil pesos, la encuentras en 30 mil, 40 mil o 50 mil pesos. Entonces es monstruoso para quien la compra y eso hace que el mercado continúe elevándose”, coincide Partida.

Alerta además que la persona que compra en el mercado negro puede estar comprando un problema porque no sabe si esa arma fue utilizada para cometer algún crimen.

Aun si el arma es legal, Roberto recuerda que “tener un arma no es para hacerse justicia propia, es para salvaguardar los bienes o tu vida”.



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