El acoso laboral suele ser más común de lo que pensamos en nuestro país, y se re refiere a una serie de actitudes y comportamientos hacia un colaborador o trabajador que vulnera sus derechos y genera un daño a su estabilidad psicológica, personalidad, dignidad o integridad, algunas de estas acciones pueden ser: desacreditar su trabajo, insultos, humillaciones, indiferencia, rechazo, amenazas, entre otras.
El ambiente laboral mexicano suele estar basado en bromas, pero muchas veces sobrepasan los límites dejando en un estado vulnerable a quien es objeto de estos chistes por eso es importante aprender a identificar cuando somos víctimas de acoso laboral.
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¿Qué hace la ley para protegerme del acoso laboral?
La legislación mexicana contempla mecanismos para proteger a las y los trabajadores de la violencia en sus lugares de trabajo.
La Ley Federal del Trabajo en su artículo 133 menciona que “Queda prohibido a los patrones o a sus representantes realizar actos de hostigamiento y/o acoso sexual contra cualquier persona en el lugar de trabajo o permitir o tolerar dichos actos”.
Incluso se menciona que de ser permitidos, “se impondrá una multa por el equivalente a 250 a 500 veces el salario mínimo general”
Si un trabajador es víctima de hostigamiento o acoso sexual por parte de su patrón, o alguno de sus representantes o familiares dentro del lugar de trabajo, el trabajador podrá terminar la relación laboral sin responsabilidad para él.
El Reglamento Federal de Seguridad y Salud en el Trabajo, en su Artículo 55, va más allá y es aún más específico: los centros de trabajo tienen que implementar ciertas medidas mínimas para garantizar un “entorno organizacional favorable” y prevenir la “violencia laboral”
Sin embargo, a pesar de estas leyes, la realidad es que muy pocos trabajadores mexicanos se atreven a denunciar ante el miedo de perder su fuente de ingresos así como acarrear problemas que les impida conseguir otro trabajo.