SemMéxico, Ciudad de México, 31 de diciembre, 2023.-En las comunidades zapatistas, a 30 años del levantamiento armado no hay casos de feminicidio ni desaparición de mujeres, porque lograron erosionar los espacios de violencia y machismo afirma Sylvia Marcos integrante de la Red de Feminismos Descoloniales, en entrevista que se publicará en el número 39 de la Revista Cuadernos Feminista CF.
Pero si dice: las zapatistas enfrentan “los riesgos de este México acosado por el militarismo apoyado por el Estado y todavía más por el crimen organizado”.
En este número especial de CF, que nació precisamente tras el zapatismo, sostiene que las indígenas zapatistas resuelven la problemática entre hombres y mujeres inspiradas en otras formas creativas, originales del “género vernáculo”, definido por Iván Illich como adjetivo proveniente de una raíz indoeuropea que define “lo muy nuestro”, en un sentido más fuerte que doméstico, según explica Marcos en un artículo publicado en Factal y titulado como "El género vernáculo de Iván Ilich" (2011).
La rebelión zapatista hizo coincidir a mujeres diversas en las mesas de apoyo en los Diálogos de San Andrés Larráinzar, hizo nacer a CF para, entre otras cosas, recuperar la diversidad y masividad de las expresiones del movimiento, que a lo largo de 26 años, “siempre proporciona renovadas energías y abre nuevas vetas de reflexión”, dice la introducción del número conmemorativo en imprenta.
A la pregunta, en amplia entrevista, a la doctora Marcos, de ¿Cuál es el principal legado de las zapatistas al amplio movimiento de feminismos en México?
Sylvia Marcos es concreta: el principal legado es el tránsito en la reconceptualización del sujeto individual de las luchas feministas –herencia del pensamiento dominante– a una subjetividad colectiva “como mujeres que somos” y “mujeres que luchan”.
Las zapatistas han vivido todos estos años en su ser comunal adentro de un movimiento político autónomo.
Igualdad para participar en el poder patriarcal
En la conversación que tuvo con la periodista Laura Castellanos, una destacada reportera que hace 30 años fue la primera en conversar con la Comandante Ramona, quien busca ahora saber cómo las zapatistas han contribuido con su lucha y experiencia a los feminismos contemporáneos o feminismo 4.0. Sylvia Marcos afirma enfática que “ justamente nosotras, feministas, somos herederas del pensamiento “único”, que concibe la igualdad y la diferencia desde posturas de sujeto individual.
Versiones adelantadas a SemMéxico por los 30 años del zapatismo este primero de enero de 2024, en Cuadernos Feministas, se hace un balance, desde diversas autoras, de lo sucedido con el feminismo, la lucha de las mujeres indígenas y la política oficial de género.
La doctora Marcos dice que en las Zapatistas prevalece sobre su identidad como mujeres un flujo permanente; ellas están enmarcadas por el “todo” del movimiento zapatista, que no dejan ni rechazan y al que pertenecen orgullosamente.
Las zapatistas por supuesto marcan derroteros de luchas “feministas” en sus prioridades. Han rebasado esto de las feministas en “sujeta individual”, lo que, desde 1994 desconcertó, porque para ellas el “sólo mujeres” tiene otras construcciones encarnadas.
La conversación, amplia y conceptual, Sylvia Marcos, Integrante y fundadora del seminario permanente de Antropología y Género del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM e integrante del comité directivo permanente de la Asociación Latinoamericana para el Estudio de las Religiones ALER, también habla de los avances más notables de las mujeres zapatistas, en cargos de autoridad como agentas, concejalas, comisionadas, promotoras de salud y de educación.
Y a la pregunta , relacionada con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que se sustenta en el “poder autónomo” ¿qué lección da al sistema electoral y partidista convulsionado por las elecciones de 2024?
Sylvia dice que el sistema de gobierno Estatal, partidista, es per se jerárquico. Se tendría que descartar ese tipo de autoridad jerárquicamente organizada, donde “grandes mujeres – están- acomodadas en él…
Y opina: una verdadera posibilidad de acceder, como mujeres, a los espacios que ahora tienen las zapatistas adentro de su movimiento, sería luchar para reproducir la estructura autónoma horizontal en nuestra sociedad, que, a veces, apela a los dominios del “genero vernáculo”, dice “ que es una esperanza”, o sea “lo nuestro”.
Aunque las zapatistas, le dice Castellanos, no incorporan todas nuestras demandas a su lucha, y sí lo hacen, siguen su propio camino de acuerdo a sus prioridades, devuelve la reflexión al tema de la autonomía y la organización horizontal.
Desde su experiencia, de estudiosa y cercana tres décadas a las comunidades zapatistas, Sylvia Marcos dice a la periodista que las mujeres que han vivido su Ley Revolucionaria de las Mujeres, “donde falta lo que falta”, teniendo muy claro su camino.
Y reitera que la autonomía, como la que se vive en el zapatismo, no sólo ha logrado erosionar esos espacios de violencia y de machismo sino que están en camino, paralelamente a la toma de autoridad desde las mujeres, con un espacio hibrido. Se trata de una modificación, y ellas mismas aseguran, “ es definitivo que no hay casos de feminicidio ni desaparición de mujeres.
En CF se podrá leer a Aída Hernández, sobre la lucha de Rosario Ibarra de Piedra; a Sonia del Valle Lavín, la primera periodista que investigó los asesinatos de las mujeres en Ciudad Juárez; a Susana Vidales, sobre el feminismo sonorense; a Liz Maier que escribe un recuento histórico en torno al aborto, en México y Estados Unidos; a Paola Fernández, del grupo feminista Las Libres, también sobre la lucha por el aborto; a Sara Lovera que hace una reflexión retrospectiva sobre “qué paso con el movimiento feminista y su política hegemónica de ‘incidencia” en el poder’; a Rocío Duque, desde Nueva York, quien se pregunta “Y finalmente ¿de qué hablamos cuando decimos feminismo?”.
La Ley Revolucionaria de las Mujeres
Publicada por primera vez en El Despertador Mexicano, Órgano Informativo del EZLN, México, No.1, diciembre 1993. Se declaró que el EZLN incorpora a las mujeres en la lucha revolucionaria sin importar su raza, credo, color o filiación política, con el único requisito de hacer suyas las demandas del pueblo explotado.
Primera.- Las mujeres, sin importar su raza, credo o filiación política tienen derecho a participar en la lucha revolucionaria en el lugar y grado que su voluntad y capacidad determinen; Segunda.- Las mujeres tienen derecho a trabajar y recibir un salario justo. Tercera.- Las mujeres tienen derecho a decidir el número de hijos que pueden tener y cuidar. Cuarta.- Las mujeres tienen derecho a participar en asuntos de la comunidad y tener cargo si son elegidas libre y democráticamente. Quinta.- Las mujeres y sus hijos tienen derecho a atención primaria en su salud y alimentación.; Sexta.- Las mujeres tienen derecho a la educación. Séptima.- Las mujeres tienen derecho a elegir su pareja y a no ser obligadas por la fuerza a contraer matrimonio. Octava.- Ninguna mujer podrá ser golpeada o maltratada físicamente ni por familiares ni por extraños. Los delitos de intento de violación serán castigados severamente. Novena.- Las mujeres podrán ocupar cargos de dirección en la organización y tener grados militares en las fuerzas armadas revolucionarias. Décima.- Las mujeres tendrán todos los derechos y obligaciones que señalan las leyes y los reglamentos revolucionarios.