A unos días del inicio de la cuaresma que es el próximo 22 de febrero, en Tuxtla Gutiérrez el día de hoy la comunidad zoque realiza La danza de la Pluma de la Guacamaya llamada también “Napapok-etzé.
Es un baile del padre Sol, durante cinco días antes del miércoles de ceniza, los danzantes salen a recorrer varias calles de la capital Tuxtla Gutiérrez, visitan algunas casas y ermitas que resguardan imágenes religiosas de la costumbre zoque.
La mañana de este sábado se reunieron en un domicilio del barrio de San Roque, en la casa de Víctor Manuel Velázquez desayunaron, de acuerdo con sus tradiciones y costumbres, se cambiaron de vestimenta, oraron, dieron gracias a Dios por permitirles seguir danzando.
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En esta danza participan los músicos tradicionales, los que tocan el tambor y el carrizo, son ellos los que dan la pauta a cada uno de los movimientos de los danzantes, los que van marcando los plazos, son los que dicen entre los zoques, los que amenizan la danza.
En esta danza participan tres personajes, que son: el padre Sol “Te´Hata-Jama-Etzé” acompañado de la lunita (Alacandú) y las viejas o conocidas como las “Suyu-etzé", es una gran fiesta, dicen, una gran celebración, un gozo y un celebrar.
Este es un ritual muy antiguo que habla del sol y la luna, narra la creación del mundo y explica que el sol baila enfrente de la luna, es decir, el danzante de penacho de plumas de guacamaya y pavo real y las niñas llamadas reinitas o Alacandú que llevan un traje rojo con su gorro de cuatro espejos representando las cuatro fases de la luna.
La luna y el sol dieron origen al tiempo, al día y a la noche y a las estaciones, de esta manera, las viejas o Suyu-etzé son los danzantes que están a su alrededor vestidos con la indumentaria de las abuelas zoques, las deidades antiguas les dieron por oficio a estas madres ser guerreras, para cuidar al sol en su transcurso por la tierra, para que emergiera diariamente por la tierra, detrás de la montaña y elevarlo hasta lo más alto y cuando este descendiera por detrás, bajó al inframundo y emergía al día siguiente.
Este grupo de danzantes no pertenecen a la Iglesia Católica, no congregan en ninguna de las parroquias o capillas pertenecientes a la Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez, son danzantes zoques que mantienen una tradición viva, que hacen presente en su danza su sentir sobre el Dios de la vida.
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