Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, se ve envuelta en un peligroso escenario ante la venta indiscriminada de artículos explosivos en sus calles. Desde productos accesibles hasta opciones de alto poder, estos explosivos, visiblemente expuestos alrededor de los mercados públicos, carecen de supervisión, inspección y vigilancia por parte de las autoridades municipales y Protección Civil.
Menores de edad, adultos, hombres y mujeres participan en la venta de estos explosivos, ocupando puestos ambulantes en diversos puntos de la ciudad, desde la calle central hasta la sexta sur. La falta de control en plena luz del día presenta riesgos evidentes, y la ausencia de inspección gubernamental permite la manipulación y distribución sin restricciones.
Los vendedores reconocen los riesgos asociados con estos productos, desde la manipulación hasta el almacenamiento inadecuado, exponiendo a quienes no saben manejarlos correctamente. A pesar de estos riesgos, la venta indiscriminada continúa, justificada por la necesidad de generar ingresos durante la temporada de fin de año.
En un recorrido por el centro de la ciudad, se observa a vendedores ofreciendo diferentes tipos de material explosivo, y algunos admiten que es un riesgo tanto para ellos como para los compradores. A pesar de la presencia de compradores que solicitan precios y realizan transacciones, la autoridad responsable brilla por su ausencia, permitiendo la venta sin restricciones y exponiendo a la población a riesgos innecesarios.
Esta situación plantea interrogantes sobre la responsabilidad y supervisión de las autoridades locales en la regulación de la venta de artículos pirotécnicos. La falta de control no solo representa un peligro para la seguridad pública, sino que también resalta la urgente necesidad de implementar medidas para proteger a la población y garantizar un entorno seguro durante las celebraciones de fin de año.
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