En el corazón de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, los camiones conocidos como “Tuguchis” marcaron una era en el transporte urbano y se convirtieron en un emblema de la cultura local. Durante décadas, estos vehículos simples pero funcionales recorrieron las calles de la capital y sus alrededores, conectando comunidades y dejando una huella imborrable en la memoria colectiva.

El nombre “Tuguchis” surgió de una expresión coloquial basada en la abreviatura de "Tuxtla Gutiérrez, Chiapas". Más que un apodo, el término encapsuló el espíritu popular y la cercanía que existía entre los conductores y los usuarios de este sistema de transporte.

Con una estructura modesta y adaptada a las necesidades de la época, los Tuguchis eran más que un medio de traslado: eran parte de la vida cotidiana. Los conductores y sus ayudantes no solo recogían pasajeros, sino que también transportaban bultos de mercancía, productos agrícolas y hasta animales pequeños. Su ambiente era familiar, marcado por conversaciones entre los pasajeros y un trato cercano por parte del personal.

A medida que la ciudad creció y los sistemas de transporte moderno comenzaron a implementarse, los Tuguchis fueron desapareciendo gradualmente. Aunque ya no recorren las calles, su legado permanece como un recordatorio de un Tuxtla Gutiérrez más sencillo y comunitario. Hoy en día, los Tuguchis son recordados con nostalgia por quienes tuvieron la oportunidad de viajar en ellos.

Sus historias forman parte del patrimonio cultural de la ciudad y simbolizan una época en la que el transporte era una experiencia compartida, más allá de la movilidad. En la memoria de los tuxtlecos, los Tuguchis no solo representan un medio de transporte, sino también un vínculo con el pasado y una muestra del ingenio local.

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