Los hábitos de consumo provocaron que la calidad de la tortilla esté en decremento; ahora la población no come maíz sino “químicos, conservadores, blanqueadores, suavizadores en lugar de proteína”, admitió la Asociación de Industriales de la Masa y la Tortilla “Somos Chiapas”.
Dijo que la gente quiere un comestible “suavecito, que no se eche a perder”, como la harina; por ello, los agremiados aún no pueden regresar al sistema de abasto tradicional de la materia prima: la nixtamalización.
Para que la ciudadanía vuelva a “comer” proteína cuando ingiere una tortilla tendrá que adaptarse a las antiguas características de ese alimento, entre ellas, que se endurece más rápido respecto a cuando es elaborada con harina, afirmó.
La organización aseveró que el retorno al maíz nixtamalizado como insumo de la tortilla no sólo beneficiará al cuerpo humano, sino también al bolsillo, debido a que los expendios dejarán de ser clientes cautivos de las harineras, empresas que venden la materia prima con costos generalmente con una tendencia al alza, a pesar de que compran el maíz barato.
CAUSAS DEL ALZA
El aumento en la cotización de ese producto que registró en enero pasado fue a causa del encarecimiento del servicio de energía eléctrica, gas licuado de petróleo y, en la harina que alcanzó a inicios del año, los 600 pesos la tonelada, justificó.
Informó que, a consecuencia de todos estos factores, aunado a la aparición de sustitutos como panes y sopas instantáneas, el consumo per cápita al día de tortilla es de 400 gramos, cuando no hace mucho era de 800 gramos.
“Ya no estamos vendiendo proteína, estamos vendiendo químicos, conservadores, blanqueadores, suavizadores en lugar de proteína. Ya no estamos vendiendo fibra, que es lo que necesita el organismo”, puntualizó.