El pasado 7 de septiembre del 2017, alrededor de las 11 de la noche, un sismo de magnitud 8.2 sacudió el estado de Chiapas, el epicentro del sismo se ubicó en el golfo de Tehuantepec, 137 km al suroeste del municipio de Pijijiapan, Chiapas, y a 45.9 km de profundidad, siendo uno de los terremotos más destructivos en la historia de México.
El terremoto fue tan magnitud que no solo causó daños en el sureste mexicano sino también se sintió hasta en la zona metropolitana del país afectando a los estados de Puebla, Estado de México e Hidalgo, así como los estados de Tabasco y Guerrero, incluso este se percibió en Guatemala, Honduras, Belice y El Salvador. Fue principalmente en la Ciudad de México donde muchos aprovecharon a sacar sus celulares y grabar el momento de angustia acompañado con el ruido de la alerta sísmica, el sismo duró alrededor de tres minutos.
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El terremoto fue de tan potencia que se le considera como el más destructivo en los últimos 100 años, cobrando la vida de 102 personas, 82 de ellas en Oaxaca, 16 en Chiapas y 4 en Tabasco.
Pese a que el epicentro del sismo fue en Chiapas, este afectó principalmente a Oaxaca, causando afectaciones en al menos 26 mil 811 viviendas, mientras que en Chiapas 14 mil viviendas resultaron en pérdida total y al menos 32 mil hogares sufrieron daños parciales, según datos oficiales.
El sismo dañó edificios importantes en Chiapas, como en San Cristóbal donde La Catedral de este municipio, así como el Templo de Santo Domingo y el Museo de San Cristóbal.