San Cristóbal de Las Casas.- Los nativos cumplieron su palabra. Desde muy temprano se organizó la comunidad (hombres, mujeres y niños), y en la alborada esperaban a la caravana de observadores, comitiva del FNLS, medios de comunicación y representantes de la Diócesis de Tuxtla Gutiérrez, padre César Augusto Orantes Coutiño, párroco de Acala; y de San Cristóbal de Las Casas, el vicario de Justicia y Paz, Gonzalo Ituarte Hurtado.
A las 9:40 horas fue la salida del grupo de este municipio. A la orilla de la carretera, en la entrada del ejido Río Florido permanecen carros quemados; además, esperan varones y féminas armados con palos y cubiertos el rostro; en el interior se observan automotores retenidos.
Angélica Toalá Pérez, Arely Estrada Hernández, Juana Altunar, Claudia Pola y Linda Moreno, parejas de los uniformados, son las últimas en entrar a la comunidad.
El aparato de sonido anuncia que en breve inicia el acto político, Javier Jiménez toma la palabra y agradece a la caravana su acompañamiento.
Los semblantes desgajados de las cónyuges, llorando, tapándose el rostro con la mano, con el silencio. Una guardia de policías comunitarios presentó a los cinco policías estatales retenidos vestidos de civiles. Estaban preocupados. Tensos.
La liberación de los oficiales a sus familias en medio de dos filas humanas de policías comunitarios ocurrió en la cancha deportiva a las 13:13 horas. Dos agentes se arrodillaron antes de abrazar a los suyos en medio del llanto.