La Sociedad Mexicana de Ingeniería Estructural (SMEI), premió al integrante del Colegio de Ingenieros Civiles de Chiapas (CICCH), Jorge Aguilar Carboney, con el Reconocimiento a la Docencia por una larga trayectoria en la formación de las nuevas generaciones de ingenieros civiles y estructurales no sólo de Chiapas, sino en el país.
Ello en el marco del XXII Congreso Nacional de Ingeniería Estructural, realizado en esta ocasión de manera virtual debido a las condiciones sanitarias vigentes, donde también presentó el tema “Reglamentación: Pasado y futuro a 100 años del Reglamento de Construcción en México”,
Este evento nacional realizado cada dos años en su edición 2020, organizado por la SMEI, una sociedad técnica con el objetivo principal a nivel nacional promover la mejora de la práctica del diseño en ingeniería estructural capacitando, colaborando con colegios y promoviendo el desarrollo de investigación y la normatividad.
También se premiaron también trabajos de tesis de licenciatura y posgrados; práctica profesional; investigación; así como los concursos “Rompiendo Paradigmas” y Segundo reto en acero”, además de brindarse diversas conferencias magistrales, quedando en el ingeniero chiapaneco la presea a la docencia, siendo reconocido por su papel preponderante a partir del evento sísmico de la Ciudad de México en 1985.
Aguilar Carboney, enfatizó el compromiso en la formación ética y de conocimientos de quienes serán los próximos ingenieros del país “para asumir los retos que enfrenta la ingeniería en nuestros tiempos, esto es especialmente importante por las condiciones difíciles que estamos viviendo donde ha sido necesario rediseñar los esquemas académicos y del ejercicio profesional… son épocas donde enfrentamos nuestras debilidades pero también son notorias nuestras fortalezas, es un compromisos que asumamos estos retos como una oportunidad de crecimiento que sin duda nos hará más fuertes como sociedad y como gremio”.
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Se destaca que la escultura del galardón otorgado, hace referencia al símbolo del habla que aparece en el Códice Mendocino del siglo XVI, y en el que denotaba la transmisión de conocimientos de madres a hijas, de maestros a jóvenes y de sacerdotes a fieles.