La Organización Internacional del Trabajo (OIT), a través del informe "El mercado laboral de las trabajadoras del hogar remuneradas en Chiapas", señala que en la Entidad existen 71 mil 654 mujeres que se dedican a realizar actividades domesticas, entre ellas, cocineras, cuidadoras y sirvientas, entre otras.
Es importante mencionar que Chiapas es de los Estados con mayor oferta laboral para las trabajadoras domésticas, pero desafortunadamente el sueldo que perciben por largas jornadas de trabajo sobrepasa por poco la mitad del sueldo a nivel nacional, ya que por hora solo reciben en promedio 24.2 pesos.
Así también, el 50 por ciento de las trabajadoras domésticas apenas terminó la primaria, por lo que son explotadas con jornadas de más de 10 horas para llevar el sustento a sus hogares, ya que no tienen otra alternativa para emplearse.
A pesar de que la ley estipula que es obligación de los empleadores inscribir a las personas trabajadoras del hogar al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), abstenerse de los malos tratos y proporcionar a habitación cómoda e higiénica, alimentación sana y suficiente y condiciones de trabajo que aseguren la vida y la salud, la realidad en Chiapas es otra, ya que el 100 por ciento de las empleados domésticas no cuentan con seguridad social, a pesar de los riesgos que muchas veces corren.
La mayoría de las trabajadoras del hogar provienen de zonas rurales o de comunidades de departamentos de Guatemala, quienes se desplazan a las ciudades para poder encontrar oportunidades de empleo y poder apoyar en suplir las necesidades esenciales de sus familias.
Ernestina, lleva 8 años como empelada doméstica
Ernestina López de 24 años de edad, quien desde hace 8 años comenzó a trabajar en la zona urbana de Tapachula en la limpieza de una vivienda, debido a las precarias condiciones económicas en que vivía su familia.
Por contar solo con estudios del nivel primaria y por ser menor de edad, en ese entonces, la única oportunidad de trabajo fue como apoyo de limpieza en una vivienda ubicada en la zona centro de Tapachula, en donde le ofrecieron pagar 100 pesos por una jornada de 8 horas.
Dijo que es originaria de una comunidad ubicada en la zona media alta de Tapachula, y desde ese tiempo ha tenido que desplazarse todos los días por más de 40 minutos a su lugar de trabajo, por lo que sus ingresos se ven reducidos.
"Llevo 8 años trabajando acá en Tapachula, entro a las 7 de la mañana y salgo a las 3 de la tarde todos los días, me dedico al hacer el aseo de la casa de mis patrones, preparo comida, lavo ropa y en ocasiones también me ponen a planchar, pues es algo de trabajo, pero no tengo otra opción.
Con el paso de los años y gracias a su desempeño, Ernestina se ha ganado la confianza de sus patrones, por lo que ahora recibe un pago de 150 pesos diarios, le brindan alimentos y en ocasiones asegura, le apoyan con una despensa y aunque no tiene seguridad social, cada año puede gozar del aguinaldo.
María gana sólo 100 pesos, por 12 horas de trabajo
La situación que vive María González, originaria del departamento de San Marcos Guatemala es todo lo contrario al caso de Ernestina, ya que por jornadas de más de 12 horas, a penas recibe 100 pesos diarios.
Contó que desde hace 5 años llegó a Tapachula y la única forma de emplearse fue como trabajadora doméstica, en donde su empleador le ofreció un espacio donde vivir y la alimentación diaria, con un día de descanso a la semana.
Diariamente, su jornada de trabajo inicia a las 6 de la mañana, ya que tiene que realizar la limpieza de la casa, preparar el desayuno, y una vez que termina de hacer estas actividades tiene que lavar la ropa de los tres integrantes de la familia para quienes labora.
"Quizá sea mucho trabajo el que realizo pero me tratan bien, además no pago renta y tengo comida todos los días, la verdad que ya me acostumbre a realizar lo mismo todos los días, y es que aunque quisiera buscar otro trabajo, acá muchas veces la gente nos discrimina por venir de otro país".
Indicó que solo viaja a su lugar de origen una vez al año, sobre todo en diciembre, ya que con sus ahorros aprovecha para llevar algunos productos a sus padres, y es que hacerlo de manera más frecuente representaría un gasto fuerte.
Al igual que María, cientos de migrantes guatemaltecas han encontrado en Tapachula un lugar de oportunidades de trabajo, y aprovechan sus días de descanso para salir a pasear al centro de la ciudad, sin embargo, la mayoría no corren con la misma suerte, ya que por su condición irregular en el país las explotan y maltratan.