El incremento al precio del acero, cemento, calhidra y otros materiales que sirven para la construcción ha generado que la producción de viviendas presente una significativa disminución, mientras el 70 por ciento de la población son los que menos ingresos tienen, por lo que eso también ha complicado construir casas para atender a ese sector, pues no hay casas con un costo menor a 200 mil pesos, afirmó el presidente de la Cámara Nacional de la Vivienda (CANADEVI), en Chiapas, Luis Ernesto Sauza Gutiérrez.
Se espera que el incremento al salario mínimo a 207.44 pesos en Chiapas genere un mayor alcance de créditos. Según las cifras del Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda de los Trabajadores (Infonavit), en el primer mes del 2023 ya se ve un aumento, ya que a través de está institución federal unos 95 mil trabajadores tienen crédito, pero la mayor parte de ellos tenían alcance de hasta 430 mil pesos en el 2022 y para este año deben aumentar arriba de los 460 mil pesos, por lo que esperamos que el 20 por ciento del incremento al salario mínimo se vea reflejado en los créditos.
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Los precios se empezaron a estabilizar a finales del 2022. Están los financiamientos de Infonavit, Fovissste y la banca comercial, estamos apostando a la seguridad patrimonial de la gente, su vivienda propia, mientras que a través de la Secretaría para el Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), están los subsidios de pies de casa a fondo perdido que dependen del alcance del trabajador, explicó en entrevista.
Señaló que el crédito hipotecario para la vivienda nueva depende de los alcances del trabajador, pero va de los 300 mil pesos a los dos millones de pesos. En Tuxtla Gutiérrez hay vivienda a partir de los 530 mil pesos, el acero de costar hace dos años y medio 13 mil pesos la tonelada, se fue a 30 mil pesos la tonelada, aunque en las últimas semanas bajó a 24 mil, por lo que reiteró, el mayor incremento en los precios está relacionado con los metales, acero, cobre y aluminio.
Señaló que en el estado se ha llegado a producir 6 mil 500 viviendas al año, el año ante pasado, en el 2021, tan solo fueron mil 700, y en el 2022 un promedio de mil 500. El valor del sector de la vivienda ha caído, lo que pasa es que se está migrando a construir viviendas más caras y se está dejando de hacer las económicas, no porque no se quiera hacer, sino porque es un mercado muy complicado, los subsidios que hace algunos años aplicaba el gobierno federal de 85 mil y 90 mil pesos para el sector social, ya no existen y se destinan a mejoras de vivienda en las periferias de las ciudades o lugares más lejanos.
Sauza Gutiérrez añadió que sin duda impacta la economía informal, que está compuesta por el 76 por ciento de la población que no tiene prestaciones para vivienda y solo un 24 por ciento los tiene. En el nivel de ingresos a nivel nacional en la economía formal es de 8 mil 500 pesos, en el nivel informal es de 5 mil 500 y en Chiapas es de 4 mil 500.
Lo complejo es la gente que quiere vivienda y no tiene para comprarla, eso genera asentamientos humanos irregulares o venta desordenada de terrenos sin servicios. Además, demandan acceso a reservas territoriales, servicios como agua, drenaje, saneamiento, urbanización.
Para Tuxtla Gutiérrez se ha ofertado una ampliación de la red de agua potable hacia el sur rumbo a Terán y sus alrededores, por lo que en un plazo de cinco años se planea construir unas 5 mil viviendas.
Señaló que por ahora Chiapas tiene en rezago habitacional un millón 100 mil viviendas en cuanto a que miles de ellas no tienen acceso a vías pavimentadas, servicios, viviendas con material reciclado y hacinamiento, narró.
La invitación es a que la gente se acerque a los promotores de vivienda, esperamos que la situación se estabilice y sea este un mejor año que el pasado, es más valioso el pago de una vivienda que una renta, vale la pena el esfuerzo, aunque la mensualidad es más alta, insistió.