Debido a la crisis económica que las familias y países enfrentan actualmente, así como el incremento de precios en los productos, este año Juan Carlos Mendoza Castañeda mejor conocido como “tío pelón”, no realizará la tradicional calabacita el 1 de noviembre.
“Este año ha sido complicado para muchos negocios a nivel nacional, a nivel estatal también y nosotros no fuimos la excepción, no alcanzamos a ahorrar el recurso para este evento, pues la magnitud del evento rebasa realmente lo que te puedes gastar en una quincena, repartir más de una tonelada y media de dulces nos implica planificar bien un gasto y un ahorro para llegar a la meta”.
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Juan Carlos relata que ésta tradición de repartir dulces y adornar su casa ad hoc al Día de Muertos, lleva más de 20 años y surgió a raíz que de que un día cuando él y sus hermanos eran niños, salieron a las calles para pedir la tradicional “calabacita tía”, sin embargo, regresaron a casa solo con algunas frutas de temporada y fue ahí cuando su mamá, la tía Anita se conmovió, que los años posteriores empezó a repartir dulces.
“Mi mamá se conmovió porque le pusimos mucho empeño a los disfraces y regresamos con dos naranjas, un pedazo de caña y un pedazo de dulce de calabaza, se conmovió tanto que a partir de ahí, desde hace 30 años empezó a repartir dulces a nuestros amiguitos; luego empezaron a llegar nuestros vecinos y esto fue creciendo que llegó a una magnitud que no llego a comprender como se convirtió esto en un evento del fraccionamiento”.
Cabe destacar que en 2019 fue la última vez que se realizó el evento, ya que en 2020 y 2021 se suspendió por la pandemia. Por lo que hace tres años el aforo fue aproximadamente de 30 mil personas entre niñas, niños y acompañantes, para ello fue necesario repartir un total de mil 450 kilogramos de dulces a más de 8 mil 400 niñas y niños, mientras que para este año 2022, esperaban una afluencia de más de 12 mil menores y para ello tendrían que haber comprado mil 700 kilos de dulces.
El “tío pelón” señaló que este evento lo realiza con todo el corazón y se trata de compartir un poco de lo que la vida le ha dado con la comunidad, por ello, a pesar de no poder estar en condiciones de repartir dulces, este año colocará un proyector afuera de casa para exhibir las fotos del 2016 a la fecha, para darle sabor a la fiesta del fraccionamiento La Hacienda de Tuxtla Gutiérrez, ya que hay muchos vecinos que de alguna forma forma van a dar dulces a sus posibilidades.
“Lo que sí vamos a hacer es poner el altar de doña Anita, para que el que quiera pueda pasar a poner una velita, ya el próximo año está la estrategia para retomar el evento”.
Finalmente, para poder hacer realidad este evento, Juan Carlos detalla que se requiere empezar con el ahorro económico con un año de anticipación, pues el costo por dulces oscila entre los 75 mil y 100 mil pesos. Para el montaje de todos los adornos y altar participan ocho personas, mientras que el día del evento un total de 15 personas son las que lo apoyan, más amigos y vecinos que también se suman a esta fiesta.