Lázaro Hernán Espinosa Gutiérrez, es un hombre de 64 años de edad, vive en la calle, colecta botellas de plástico y envases de aluminio, su centro de pernocta es el Parque del Mariachi, tiene un lote en la colonia Albania pero no tiene construcción, algunos días llega a ese punto, otros se queda donde le entre la noche, sus padres murieron hace algunos años, tiene tres hijos, Bertha Espinosa Cruz, Eva Espinosa Cruz y Marcos Enrique Espinosa Cruz, pero nadie lo busca, su vida es solo, en la calle y su único ingreso es el valor de lo que alcance a colectar en pet y aluminio, un promedio de 50 pesos diarios que emplea para comprar queso, tortilla y un pozol.
En entrevista, dijo que nació en Tapachula, de padres de Tuxtla Gutiérrez, en el barrio de San Francisco, pero su lote que adquirió hace muchos años es en la colonia Albania Baja calle El Sabinito entre avenida Taray y Sospó, su vida fue ser albañil, construyó muchas casas pero en su terreno nunca pudo hacer la suya, se ocupó de sus hijos, salieron adelante pero ahora que los necesita se olvidaron de él.
Los residuos sólidos los colecta en las calles, dice que un envase de aluminio es un peso del cielo, los entrega en la trece oriente y novena sur, desde hace cuatro años colecta, fallecieron sus padres y fue un gran dolor, también falleció su esposa y el colapso emocional creció, más aún, cuando necesita de sus hijos y no aparecen para rescatarlo de la calle.
Cuánta que solo tiene dos mudadas de ropa, ninguno de sus hijos se hace cargo, no tiene casa, puro terreno, vive en la intemperie, ni galera, su hijo varón vive en El Aguaje en la colonia Las Granjas, es de 37 años, tiene su propio familia, trabaja para los suyos, "pero se olvidó de mí", para tener ingresos tiene que caminar mucho, está cansado, se siente en las banquetas, en los parques, pide pozol, monedas, sigue su ruta, levanta los desechos sólidos, pet y aluminio.
Dice que tarda muchos días con la misma ropa, cuando se la cambia la en que ha lavado pasa lo mismo, no da para más sus ingresos, mis hijos no son buenas gentes, sí los necesito, pero nadie se hizo cargo de mí, no me dan de comer, no me buscan, no saben si vivo, nunca han llegado a verme a la Albania Baja, no me dan ni para el refresco, yo tampoco los busco.
"Si no me quieren no los quiero, no se vale, me abandonaron. Pero no solo yo, muchos hemos sido abandonados, muchos vivimos en el abandono, vendiendo, trabajando en la calle, pidiendo limosna, yo quise a mi madrecita hasta que murió, pero no todos los hijos solos así, mi corazón está lastimado, pero viví feliz, contento, no consumo alcohol, ni drogas, lo que más todo es pozol porque está más barato, 20 pesos".
Ya tiene limitaciones para ver, cuando recibe las monedas las identifica su valor, agradece el respaldo de la gente, da las gracias y bendice a los que son solidarios, se acompaña de una bolsa de color negro con la que carga sus pertenencias, pet y aluminio , y un bastón, un palo de escoba, para apoyarse, la edad dice que le pesa, tiene precaución para no caer, el calor le afecta, espera llegar más grande de edad en este mundo.
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