El profesor Rigoberto Orantes López inició la docencia en las escuelas primarias de Chiapas a los 20 años de edad, se jubiló con 30 años de servicio, justo cuando cumplía 50 años, han pasado 18 de su jubilación y ahora a los 68 años se siente orgulloso de haber servicio en algo al estado; “los que fuimos responsables nos sentimos muy a gusto ya jubilados, expone.
Dice que eligió la profesión porque sus padres eran maestros vivían en las comunidades rurales mucho más complejas que la época en la que él le tocó estar inmersas en la vida rural, me entró el deseo de estudiar para maestro cuando veía como mis padres colaboraban en la solución de muchas necesidades en las colonias, todas indígenas, su vocación lo hizo especializarse en ciencias sociales y en pedagogía estudió en la Escuela Normal del Estado la carrera y en la Escuela Normal Superior del Estado la especialización.
Narra que a él no le tocó sufrir, ni cuando vivían en las comunidades más pobres de la entidad siendo docentes sus padres, no cree que haya sufrido en su infancia, más bien aprendió desde si adolescencia y juventud que había que aportar más, que hacer más por las comunidades, y gracias a que tuvo la suerte de que lo enviaran a comunidades indígenas, aportó lo que había prometido a sus padres entrega total estar al pendiente de las necesidades de su escuela, de sus habitantes.
Cuenta que el día del maestro es un acontecimiento relevante que no lo definió el trabajador, pero es muy merecido para las y los profesores porque entregaron toda una vida fueron hombres y mujeres de bien, la juventud docente de ahora es distinta a la juventud docente de antes, el maestro era médico en la comunidad, era asesor de la comunidad desempeñando una serie de cargos.
A mí me tocó trabajar en el medio rural donde se era enfermero, inyectábamos a las personas cuando había que suministrar algún medicamento intramuscular, a la vez éramos jueces cuando había algún problema en la comunidad, interveníamos en todo, nos tomaba en cuenta en todo la comunidad, había empatía entre la comunidad y el docente, el maestro era parte de la comunidad, era una enorme responsabilidad, vivíamos en la comunidad, por la mañana a dar clases y por la tarde era el árbitro de los jóvenes en el deporte, explica
No sé si ahora lo sigan haciendo mis compañeros pero nosotros vivimos así y eso que no teníamos la tecnología de ahora, no había comunicación en muchas comunidades rurales, había que caminar a pie, a caballo, cruzar ríos y arroyos, así me tocó llegar en 1973 en comunidades rurales indígenas del municipio de Pantelhó, a donde el autobús llegaba desde San Cristóbal de Las Casas en un recorrido de más de 7 horas desde las cinco de la mañana en domingos, no había que salir a hacer, solo permanecer en la localidad; mi primera escuela primaria fue la Guadalupe Victoria en Pantelhó, rememora el maestro.
Después migré al municipio de Huixtán era una comunidad rural, indígena, donde por las mañanas de lunes a viernes había que dedicarse a la docencia por las tarjes a jugar basquetbol con las juventudes, participar en las asambleas ejidales cuando había que salir el viernes al concluir las clases, había que regresar el domingo por la tarde, si no era necesario había que permanecer en la localidad, había mucha pertenencia con la comunidad.
El siguiente municipio fue Zinacantán, Zequentic, Navenchauc y Nachig, este era el tercer municipio indígena, no caminé más, había que estabilizarse en las escuelas, había que tener mucha empatía con las comunidades y la mística, el amor a la profesión, hacía permanecer más tiempo, aprender lenguas maternas y sus variantes dialectales, sostiene el profesor Orantes López.
En sus oficinas, añadió que el trabajo en las escuelas en el pasado era diferente a la actualidad, desfilábamos, realizábamos eventos del Día de las Madres, Día del Padre, el aniversario de las comunidades, la sociedad no está en deuda con los maestros, es el Estado Mexicano que ha eliminado muchos derechos de los docentes, el espíritu de servicio convierte al docente en todo en la comunidad, espero que no se pierdan.
El cierre de mi carrera docente fue en Tuxtla Gutiérrez, en el Centro de Educación Básica del Estado de Chiapas (CEBECH) del que fue fundador, ahora llevo 18 para 19 años de jubilado, fueron 30 años bien dados al servicio de la educación, mi pasión por la educación fue enorme aunque al final estudie la carrera de derecho, que no la ejerzo, era mucha convivencia con las comunidades, con las familias, con los jóvenes, no solo con los alumnos, explicó.
Lee más: Inaugura Rutilio Escandón rehabilitación del CAPEP de Educación Preescolar XXVI
Un escenario que era diferente es el ecosistema, el campesino era autosuficiente en la producción alimentaria, no quemaba sus tierras, no destruía los bosques y selvas, no había carreteras que destruyeran la flora y la fauna, ahora los bosques son totalmente distintos, el campo ya no produce igual, la tierra está más contaminada, los ecosistemas se han deteriorado y contaminado, afirmó.
Ahora tras más de 18 años de ser jubilado, es el secretario general de la delegación centro D-IV-I, con 5 mil agremiados de Jubilados y Pensionados de la sección 40 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, aquí hay que seguir dando más, ahora por las y los maestros, evitar que despojen de sus derechos a los compañeros, el tope de pensiones es un problema, porque el que se jubila tiene enormes descuentos, hay a quienes le quitan de lo que tenía de ingreso en activo hasta 10 mil o 12 mil pesos mensualmente al jubilarse.
Lo que ahora disgusta mucho es el ingreso de los profesores jubilados, el salario mínimo subió, el sueldo de los docentes activos ha aumentado un 3 por ciento, pero es insuficiente porque los productos, bienes y servicios han incrementado su valor en un 100 por ciento, los salarios se han modificado, si ganábamos 20 mil pesos, nos bajaban la pensión a 12 mil pesos, el salario está estancado y pedimos al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que el anunció que haga el 15 de mayo sea arriba del 30 por ciento para poder comprar lo básico, alimentos y medicamentos.
Ahora hay maestros que les han bajado 10 mil pesos por jubilación de su ingreso, el que se jubiló con dos plazas, con tiempo completo o categoría C, con cargo de supervisor, está ganando 42 mil 510 pesos, un supervisor tenía buen ingreso, pero ahora le están quitando 5 mil o 10 mil pesos por jubilación, probablemente va a ser mayor lo que quitarán.
Un director técnico categoría C está ganando más de 29 mil pesos pero al jubilarse le van a quitar entre 10 mil y once mil pesos, no se vale, lo necesitamos porque los jubilados ya estamos grande de edad y necesitamos el dinero para los medicamentos porque el servicio médico del Instituto de Seguridad Social de los Trabajadores del Estado de Chiapas (ISSTEH) es muy deficiente, estamos mal, la inflación nos ha pegado, al igual que los aumentos en los productos básicos.
Dijo que el dinero que aportan los maestros de cuotas no es de lucro, sirve para el sostenimiento de la oficina en el centro de los jubilados y pensionados en Tuxtla Gutiérrez, gastos de oficina, papelería y otras necesidades, la meta es seguir organizados, seguir unidos, le apostamos a una mejor salarial, a que se restituyan los derechos que se han eliminado, compensaciones que se han quitado al jubilar a los docentes.
El llamado a los docentes de la actualidad es que no pierdan la mística y la esencia del servicio, esta es una de las mejores profesiones y hay que demostrarlo en las aulas y con las comunidades, ser maestro se siente bonito, por ello seguimos en contacto con 93 ex alumnos de la primera generación del CEBECH, puntualizó.