El escritor Allan Armando Barreras Galdámez, de El Salvador, llamó a la solidaridad a favor de las migraciones, a tratar a los migrantes como lo que son, seres humanos, y dejó claro que la militarización de las fronteras no es la solución a la crisis humanitaria, se necesita una respuesta inteligente de los gobiernos de todos los países.
México a través de su frontera sur que comparte Chiapas con Guatemala, recibe a miles de personas que tienen la misión de mejorar las condiciones de vida para los suyos, no son delincuentes; por lo tanto, no deben ser tratados como tal.
Expuso, en un encuentro con diputados y autores chiapanecos en el Congreso del estado, que lamentablemente existe una gran discriminación en contra de los migrantes, donde se ha disparado la xenofobia en contra de algunos de ellos.
Inspirado en la literatura del poeta chiapaneco Jaime Sabines, Barreras Galdámez afirmó que las migraciones no son sinónimos de las pandillas, de los delincuentes, sino de seres humanos que van en busca de un mejor porvenir.
Afirmó que los medios sociales de la frontera sur de México no son las adecuadas, ni las políticas públicas idóneas, más bien la presencia militar responde a los compromisos y políticas migratorias del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
Advierte que detrás de un migrante hay historias amargas, hombres y mujeres recostados en la miseria, pero con ilusiones y esperanzas; existen muchas heridas en cada historia, llena de hambre y sed; el compromiso de los gobiernos es actuar con responsabilidad.
Frente a la secretaria de la Mesa Directiva de la LXVII Legislatura local, Adriana Bustamante Castellanos y del titular de la Junta de Coordinación Política del Congreso del estado, Marcelo Toledo Cruz, narró que es posible crear un mundo mejor para los migrantes, como el mejorar las situaciones sociales y económicas en sus lugares de origen.
Estuvieron presentes Marcelo Toledo Cruz; Adriana Bustamante Castellanos; el director del Instituto Tuxtleco de Arte y Cultura, Marco Antonio Orozco Zuarth; así como los presidentes de la Fundación Ángel Albino Corzo, Rigoberto Nuricumbo y de la comisión de Culturas Populares, María Obdulia Megchún López.