Tuxlta Gutiérrez.- San Sebastián Mártir congrega a multitudes, la Casa Madrigal comienza con los preparativos desde la cinco de la mañana para alistar la carreta, preparar el pozol y adornar el altar, se cuenda con delicadeza el arreglo del hogar, el tambor y el carrizo esperan a los que acompañan el recorrido, danzando, cantando y quemando cohetes.
A unos cien metros del río Grijalva, en una mañana fresca, las mujeres comienzan a preparar el pozol de cacao, vestidas con faldas, mandil, trenzas, camisas de manta, van haciendo que un lugar atractivo para el visitante, el recibimiento es cálido, todos se sienten familia, hermanos, cada uno presenta sus ofrendas a San Sebastián Mártir.
A unos 200 metros del Templo de San Sebastián Mártir, perteneciente a la parroquia del mismo nombre, a unos metros del embarcadero donde cientos de turistas toman las lanchas para recorrer el Cañón del sumidero, se recibe a las tuxtlecas, reparte pozol de cacao en jícara de moro.
Los hombres portan con ropa de manta, huarache de cuero, sombrero de petate, mientras que las mujeres con vistosas faldas largas de cuadro, camisa de manta bordeada con listones, trenzas, tocado, aretes y collares, ahí están presentes mujeres de más de 90 años, que mantienen su creencia en el santo patrono de Chiapa de Corzo.
Esteban Madrigal Nigenda, cuenta que con los presentes que cada uno trae, rosca de pan, dulces o cruces, frutas, para San Sebastián, se confecciona la enramada en una carreta que se jala por seis personas para recorrer por las calles de Chiapa de Corzo, repartir a la gente y festejar alrededor del santo en agradecimiento a la buena cosecha de maíz de diciembre y enero, tiempo de agradecer a Dios.