En Chiapas y Oaxaca la juventud prefiere trabajar que cursar una licenciatura o ingeniería porque un ambulante puede tener igual o mayor ingreso que alguien que labora bajo el amparo de una cédula profesional, según el docente de la Escuela Bancaria y Comercial (EBC), Campus Chiapas, Julio García.
Dijo ayer que en el estado quien termina la universidad percibe al mes en promedio ocho mil pesos, mientras que alguien que labora en la economía “subterránea” tiene una remuneración casi igual, y en el mejor de los casos similar o superior.
No es casualidad que la entidad registre una tasa de informalidad laboral de 74.7 por ciento, casi 20 por ciento más que el promedio general, Chiapas ocupa el primer lugar en la materia, afirmó.
A ello hay que agregar, comentó, que en el mercado laboral local la demanda de puestos es mayor que la oferta, esto provoca de manera automática la depreciación de los salarios, el incremento de la matrícula de las universidades es uno de los causantes de esa situación.
Por esas y otras razones, entre la juventud impera la idea de que es más redituable emprender un negocio propio que trabajar para una oficina, porque hasta eso en el estado la mayoría de los empleos mejor pagados están en el sector gubernamental.
Exhortó a las autoridades y responsables de instituciones de educación superior a cumplir con un proceso de enseñanza-aprendizaje de calidad, ello porque en competencias los jóvenes que egresan de las universidades locales están más rezagados que aquellos que egresan de universidades foráneas.
La juventud también debe tener una elección más efectiva de carrera y responder a las necesidades el mercado, sólo así podrán tener más oportunidades laborales y mucho mejor remuneradas, puntualizó.