¡De Chiapas para el mundo! El impacto del arte de Robertony Gómez

Un artista único originario de Chiapas quien busca cada día difundir su arte en la república mexicana así como en diversos países del mundo

Isaí López / El Heraldo de Chiapas

  · miércoles 30 de octubre de 2024

Un escultor chiapaneco que busca mostrar su gran trabajo / Foto: Isaí López / El Heraldo de Chiapas

El escultor y muralista Robertony Gómez Morales es un hombre que ha portado a Chiapas, a México y al extranjero su talento. Producir cada obra para él es sinónimo de paz y de tranquilidad. Agradece el interés por sus obras y adelanta que seguirá, con mucho amor y entusiasmo, aportando a las bellas artes, ahora al lado de su hijo Robertony Gómez.

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Al maestro Robertony Gómez no le gusta mucho describirse a sí mismo, pero insiste en que a diario hace cosas nuevas. Es una persona que de niño jugaba mucho, se divertía, y ahora es la misma persona; juega con sus obras, con su talento y su sabiduría. Le gusta que la vida sea siempre de buen humor, que el arte sea eso: buen humor y buen gusto.

Es maestro en la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas en Tuxtla Gutiérrez. Lo primero que transmite a sus alumnos es lo cotidiano, el hombre y la mujer comunes. Lleva 40 años como escultor y muralista, y cuenta que sus años de inicio fueron muy difíciles porque no tenía los insumos suficientes ni vehículo para transportar el material, principalmente el barro.

Al principio contó con una beca para utilizar el material de los alfareros de Chiapa de Corzo, haciendo esculturas de relieve. Se trata de saber aprovechar y manipular el barro; todos los carros son especiales, aunque en el horno se comportan de otra manera. La pieza más pequeña que ha elaborado ha sido de cinco centímetros, y la de mayor tamaño es una escultura de la madre tierra de tres metros de altura, que elaboró en 1999.

Lleva un catálogo de sus piezas; son cientos. Algunas se perdieron en los viajes. Vivía en Villahermosa. Toda su obra es destacable y muy diferente. Destaca una obra instalada en la UNICACH que tiene que ver con el movimiento del sol en el equinoccio, afirma Robertony Gómez.

Otras son murales y esculturas, como el hombre del maíz en Villaflores y voces vivas en el Museo del Café. El primer paso para producir una pieza es conceptualizar lo que se va a decir, lo más difícil, especialmente cuando es una obra por encargo. Le solicitaron una obra para festejar el 50 aniversario de la Universidad Autónoma de Chiapas. Lo más complejo es contextualizar; lo demás es técnico y puro trámite para que la obra tenga éxito y el público la atienda.

Gómez Morales sostiene que en todas las etapas hay que tener especial cuidado; todo el proceso de creación es importante, como el montaje de la obra y el proceso de cocción en el fuego, que debe ser gradual: primero tibio, luego caliente y muy fuerte para que la pieza resulte de lo mejor. Evita griegas y busca que no se rompa. Prefiere el horno de barro y leña; la leña le da calidad.

Además de Chiapas, su obra se conoce en varios estados, principalmente en Tabasco, y fuera de México en Argentina y el Caribe. Cuenta que si le tocara volver a elegir carrera, le gustaría ser escultor. Disfruta mucho el momento en que está creando, ya que lo desconecta del mundo. A sus alumnos les pide que lean mucho y les comparte vivencias y experiencias que les pueden ayudar, apoyándolos técnicamente.

Dice que el artista tiene que leer mucho, ser creador, improvisar, resolver problemas e investigar. Lo bueno es que ahora hay más elementos que cuando él estudió; hay muchas formas de aprender el arte. Reconoce a la universidad y al pueblo por elegir sus artes, aunque falta llevar las galerías, las bellas artes y las obras de arte que nos ayudan a la paz, al igual que el teatro, la música y el cine, aunque ahora ya no se produce el mejor cine. Hace falta que la gente llene las salas.

Está feliz y disfruta de su creación; quiere exponer en una preparatoria. Agradece la oportunidad de comunicar sus conocimientos. Después de él, su hijo Robertony Gómez también es escultor y muralista; lo aprendió desde niño y lleva ya 14 años en la creación. Define a su padre como un gran maestro, se la pasa dibujando y creando, empieza con una idea y siempre está innovando. Todas sus piezas son favoritas y tiene una exposición ahora en Chiapa de Corzo.

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