El Instituto Nacional de Antropología e Historia lleva a cabo el proyecto de investigación y conservación de la Zona Arqueológica de Izapa, mediante el cual, se pretende devolver el esplendor a estos monumentos, uno de los más importantes en la región del Soconusco.
El arqueólogo Alejandro Uriarte Torres, explica, que los trabajos de restauración en este sitio han permitido redescubrir el corazón de su arquitectura y atender problemáticas causadas en edificios por la cercanía con el volcán Tacaná, así como en los monumentos pétreos que se han visto afectados por el crecimiento de líquenes y hongos con elevada actividad reproductiva por el clima húmedo.
El corpus escultórico de Izapa es de 270 piezas, conjuntos de estela-altar, entre 30 y 40 de ellos están labrados con bajorrelieves que describen escenas míticas, asociadas al ejercicio del poder por parte de antiguos gobernantes, estas piezas dieron origen al llamado “estilo Izapa”, el cual se descubrió primero en dicho sitio y está identificado en otros asentamientos prehispánicos de Chiapas y Guatemala.
Algunas de las piezas descubiertas en Izapa se exhiben en el Museo Nacional de Antropología en la Ciudad de México y en el Museo del Soconusco en Tapachula, otras permanecen expuestas en su lugar de origen, estas últimas a pesar de estar protegidas con techumbres han presentado algunos deterioros ocasionados por el intemperismo, las afectaciones consisten en exfoliaciones e invasión de líquenes y hongos que crecen en grandes cantidades a causa del mismo entorno.
Los expertos llevan a cabo el registro fotogramétrico con la finalidad de tener información detallada de su iconografía para contar con la documentación completa de los mismos, previendo futuros deterioros y realizan un diagnóstico de conservación en todos los monumentos escultóricos y se estudian los microorganismos que crecen en las obras pétreas para determinar cuál es la forma más adecuada de combatirlos sin afectarlas.
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