Tuxtla Gutiérrez.- La reserva de la Biosfera Montes Azules, en los límites de Chiapas con Guatemala, presenta tala clandestina, cacería ilegal, explotación no planificada de recursos naturales, incendios forestales, expansión de la frontera agrícola, ganadería extensiva, invasión de tierras y tráfico ilegal de especies de fauna, reporta la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
La región es habitada por indígenas tseltales con un universo aproximado de 19 mil 921 habitantes, forma parte de la Selva Lacandona y es considerada como la más diversa, biológicamente en México; representa un acervo genético de los más importantes de la nación, ahí se encuentran representados el 29 por ciento de los mamíferos de la república.
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Presta servicios de turismo de naturaleza y turismo arqueológico, se realiza la ganadería, agricultura de subsistencia, producción de cacao y café, en los municipios de Las Margaritas, Maravilla Tenejapa y Ocosingo, con bosque de coníferas, mesófilo, pastiza, selva alta perennifolia y vegetación hidrófila.
La Conanp refiere que, con la participación de organismos internacionales como la Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable en México, se han fortalecido las acciones de vigilancia dentro de la reserva al llevar a cabo talleres con el personal técnico y vigilantes comunitarios sobre herramientas para el componente de vigilancia.
En la parte de monitoreo biológico, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, cuyo objetivo principal es el del monitoreo y protección de especies en riesgo como el tapir (Tapirus baiirdi) y del jaguar (Panthera onca); ha proporcionado apoyo para efectuar acciones de educación ambiental y fomentar la sensibilización en la población en general y así la conservación de los ecosistemas y la fauna que en ella había.
Mientras tanto, el Programa de Conservación de Especies en Riesgo en su componente de monitoreo comunitario ha logrado mantener en resguardo este ecosistema, al tener la participación local indígena de los pobladores que habitan dentro del área protegida.
Este mismo programa apoya para hacer las actividades de monitoreo en la zona, generando videos de cámaras trampa en donde se pueden observar especies de animales en su hábitat natural, desde su decreto el 12 de enero de 1978 en un polígono de 331 mil 200 hectáreas, con las comunidades que habitan dentro y en la zona de influencia del área protegida acciones de conservación y preservación de los recursos naturales y el desarrollo sostenible de las poblaciones aliadas.
Los pueblos nativos forman parte de los aliados por la conservación, involucrándose activamente en la protección de su territorio mediante la toma de acuerdos que promueven la regulación de gestiones y los programas de apoyo se han enfocado al desarrollo de actividades agrícolas y artesanales fomentando las prácticas amigables con el medio ambiente.
Esta área, hogar de cinco de los seis felinos de México jaguar (Panthera onca) Tapir (Tapirus bairdii), Guacamaya Roja (Ara macao), Pecarí de Labios Blancos (Tayassu pecari), Mono Saraguato, sigue siendo vulnerable en diferentes aspectos.
/AP