Bernabé, entre los últimos reparadores de máquinas de escribir Tuxtla Gutiérrez

Con el paso del tiempo fue avanzando la tecnología y el negocio comenzó a bajar por lo que Don Bernabé tuvo que aprender otras cosas para salir adelante

Thiaré García| El Heraldo de Chiapas

  · lunes 29 de mayo de 2023

Bernabé con más de 36 años de servicio arreglando máquinas de escribir, es de los únicos negocios que se mantienen en Tuxtla Gutiérrez, siendo de los primeros egresados en la carrera de ingeniería electromecánico del Tecnológico de la capital chiapaneca.

El se encuentra ubicado en la 1a Sur Oriente local número 636 Justo al lado de donde era el cine Vistarama, ahí pasa la mayor parte de su tiempo, desde las 11:00 de la mañana hasta las 6:00 de la tarde.

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En los buenos tiempos cuando estaba el apogeo de las máquinas de escribir, don Bernabé nos cuenta que arreglaban cerca de 50 maquinas al mes, un promedio de 5 mil a 8 mil pesos mensuales; las marcas más comunes que le llegaban era la Olivetti, Olympia y Sharp.



Actualmente asegura que con el paso del tiempo fue avanzando la tecnología y el negocio comenzó a bajar por lo que tuvo que aprender otras cosas para salir adelante; hoy ha sobrevivido del poco trabajo que le llega, entre ellos ventiladores, calculadoras, microondas, televisiones, impresoras, entre otras cosas.

“Las máquinas mecánicas ya están desapareciendo, el trabajo que se tenía antes ya no es como ahora, antes si había trabajo”, mencionó Bernabé.



Asimismo menciona que hoy en día ya no se tienen que quebrar tanto la cabeza, porque ya venden las tarjetas completas o piezas completas, ya no es como antes que se tenían que buscar pieza por pieza, es por eso que las nuevas generaciones vienen con otros conocimientos a lo de antes.

A raíz de que estudio en el tecnológico el comenzó a ejercer el trabajo de reparador de máquinas de escribir en donde la teoría que aprendía lo llevaba a la práctica, comenzando a trabajar en el taller de Olivetti.



Luego de todos los años de esfuerzo, para don Bernabé hoy es difícil encontrar trabajo, ya que el tiempo de las máquinas de escribir está llegando a su fin, cabe mencionar que aún hay personas que las mantiene conservadas siendo pocas las que requieren el mantenimiento, así como los carretes aún siguen vendiéndose en papelerías de la capital chiapaneca.

Bernabé es feliz con lo que hace; “cuando a alguien le gusta su trabajo se enamora y lo hace de corazón buscando que las personas queden satisfechas con el trabajo, es por eso que me gusto bastante porque sé que le sirvo a la sociedad”, finalizó Bernabé