Tuxtla Gutiérrez.- En este reinicio de actividades escolares, en el estado madres, padres y/o tutores tendrán a disposición hasta 600 centros prendarios para enfrentar los compromisos propios de la temporada. Sin embargo, sólo 29 por ciento de esos negocios operan conforme a la ley.
Hasta el mes pasado, en el Registro Nacional de Casas de Empeño (Renace) de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) estaban inscritos 172 establecimientos de ese tipo con domicilio en Chiapas, entre matrices y sucursales, 135 por ciento más en comparación con 2015 -año del lanzamiento de la plataforma-, aunque dos menos respecto a hace dos ejercicios. La Profeco informó que la inscripción en el padrón -que debe renovarse todos los años- es un requisito para que un montepío pueda operar.
Sin embargo, si un centro prendario es el proveedor, persona física o centro mercantil que de forma habitual o profesional lleva a cabo u oferta contrataciones o transacciones de mutuo con interés y garantía prendaria, algunas investigaciones calcularon que en la entidad hasta 2016 funcionaban 600 centros prendarios, auspiciadas por 17 marcas, equivalente a 29 por ciento de los establecimientos que hoy están en el Renace en el estado.
El director de Operaciones de una reconocida marca de casa de empeño, Héctor Mario Tamayo Farrera, dijo que los montepíos formales firman convenios y/o comparten información con la Profeco y la Fiscalía General del Estado (FGE).
Derivado de la suscripción de ese acuerdo, ambas instituciones verifican que los centros prendarios trabajen apegados a la normatividad, e incluso tienen acceso a sus inventarios para cerciorarse del origen del artículo, afirmó.
Sin embargo, en las casas de empeño informales hay un alto riesgo de que reciban productos de procedencia ilícita; además, que cobren una tasa de interés mayor a la exhibida en el contrato. Incluso no hay certeza que los objetos que vendan cuenten con garantía y que incluyan el Impuesto al Valor Agregado (IVA).
Informó que los montepíos atienden al sector no bancarizado. Quien no tiene acceso al crédito de las instituciones financieras comerciales tiene la oportunidad de hacerse de préstamos al entregar una prenda. No obstante, al optar por negocios que prestan servicio en la irregularidad hay un alto riesgo que las familias pierdan su patrimonio.
“En toda esa normatividad las casas de empeño formales estamos apegados a eso. Si pasa Profeco y no se revisa, no tenemos inconveniente porque todo está en regla”, puntualizó.
El 33.7 por ciento de los adultos mexicanos recurren a crédito liberado por medio de canales informales. Las fuentes de dinero más recurrentes son la familia y los amigos, seguido de los usureros y las casas de empeño, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).