Organizaciones sociales y estudiantes demandan investigación de los presuntos malos manejos al interior de la Universidad Intercultural de Chiapas (UNICH), así como el proceso de selección “turbio” para el ingreso a la institución, a la vez, exigen a la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH), defienda a las víctimas, prácticamente que es un organismo contenedor de problemas y protege a instituciones para garantizar la impunidad.
En un documento, señalan que la UNICH ha sido acusada de violar el derecho a la educación de aspirantes que aprobaron el pre universitario, existen casos documentados de jóvenes rechazados en el proceso de selección por discriminación.
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Con la documentación del Centro de Derechos Humanos Ku'untik, que representa Diego Cadenas Gordillo, existen por lo menos más de once casos de jóvenes que fueron rechazados por la discriminación y han demostrado estar dispuestos a no permitir que se les violenten sus derechos humanos, por lo que han iniciado una queja ante la CEDH, poniendo nuevamente a prueba el papel de este organismo.
La lucha de Fabián de Jesús Sántiz Arias, que había sido rechazado por la Universidad Intercultural de Chiapas, y la denuncia de más de diez jóvenes hacen reflexionar respecto al papel que juega la sociedad en la educación pública, pues la UNICH es una universidad engendrada del movimiento social, por ello, nuevamente jóvenes se instalaron la víspera en plantón en la entrada principal del edificio del organismo defensor de los derechos humanos en Tuxtla Gutiérrez.
Cadenas Gordillo recordó que la creación de esta universidad se gestó con la firma de los acuerdos de San Andrés Larráinzar entre el gobierno federal y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) sobre derechos y cultura indígena, por tal lucha por la democratización de este y otros espacios educativos es responsabilidad de los pueblos , de su comunidad universitaria y de toda aquella persona interesada en el desarrollo responsable, comprometido con la diversidad, los pueblos y las lenguas originarias, para la construcción de una sociedad más próspera, justa, equitativa.
Por ello, hacen un llamado a la comunidad universitaria a defender este espacio educativo de oportunistas y fijar su postura ante las autoridades universitarias que desborda desdén por servir a la clase pobre que busca salir adelante a través del estudio y del esfuerzo.
En ese sentido, convocan a las organizaciones sociales, universidades, escuelas y a los originarios que luchan y a organismos de derechos humanos a impulsar desde sus espacios la defensa de la educación pública y popular, y poner un alto a personajes que ven en la educación una mercancía que se encuentra en venta del mejor postor.
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