“Tengo miedo, tenemos miedo, sabemos del riesgo por esa enfermedad (coronavirus), pero no nos queda de otra, tenemos que salir, nosotros comemos de los que obtenemos diario”, afirma Brenda Carolina Vicente Angulo, junto a su esposo Alexander Martínez Ramírez, quienes forman una familia desde hace seis años, tienen tres hijos y por ellos se dedican a buscar entre la basura un sustento para sobrevivir.
Poco más de 12 horas, esperando para poder obtener un ingreso de 250 a 350 pesos. Llegaron alrededor de las ocho de la noche, al mismo lugar, la esquina que forman la avenida Benjamina y Ciprés de los Pantanos en el fraccionamiento Jardines del Grijalva en Chiapa de Corzo, Chiapas, ahí esperan a que cada familia deposite su basura y ellos puedan obtener algo de valor, pet, cartón, fierros o aluminio.
Por ejemplo hoy nos fue bien, no fue malo, vamos ahora mismo a la recicladora, ahí vendemos el cartón, el fierro, aluminio y el pet, también encontramos cosas para nosotros, una televisión vieja, un ventilador descompuesto y una mesa pequeña de plástico, relata Brenda minutos antes de partir.
Viven en la comunidad Nuevo Bochil, un asentamiento que se acaba de regularizar en el municipio de Chiapa de Corzo, la mayoría son familias son indígenas, sin embargo, ellos no lo son, viven ahí y dejan a sus tres hijos en manos de la abuela, mientras ellos salen a “trabajar”.
Un camión pequeño llegó por sus cosas, por todo el material que recolectaron durante la noche y las primeras horas de hoy lunes, dice que les cobra cien pesos por el viaje, esta ocasión fue requerido pues se hicieron también de dos muebles viejos de madera que aún tienen vida útil, un costal enorme de pet y mucho cartón, era imposible llevarlo en su viejo triciclo como en otros días.
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Alexander es un joven amable, servicial y respetuoso, han venido a este mismo lugar desde hace más de un año, los miércoles y domingos por la noche, el camión recolector de basura pasa los jueves y lunes a las 7-8 de la mañana.
Siempre saludan amables “no se preocupe señor, nosotros no le vamos dejar basura en la banqueta ni en la esquina, lo vamos dejar limpio”, le dice a los vecinos de esta esquina, “su esquina”, y así lo han hecho, no dejan basura en el lugar en el que eligieron para separar el pet, carton y aluminio.
En ocasiones llevan a Rosa "N", la menor de sus tres hijos, tiene un año y es difícil dejarla con la abuela, pero también les quita tiempo para trabajar, lo mismo ocurre con Alexander "N" de cinco años y Angel "N" de tres años, sus otros dos hijos.
Los demás días de la semana “trabajan” en colonias cercanas como lo es La Misión, Patria Nueva, Central de Abastos, Los Pájaros y Bienestar Social.
Tenemos miedo, pero no sabemos qué hacer en esta situación, vamos a seguir viniendo como lo hacemos siempre, sabemos que podemos contagiarnos con la basura, pero no nos queda de otra, finaliza Brenda.
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