Desde una temprana edad, Edgar Eduardo Menchún Velázquez, un joven artista de 28 años, sintió la pasión por el arte. Nacido y criado en la capital chiapaneca, Tuxtla Gutiérrez, Edgar descubrió el amor por la pintura y el dibujo desde su infancia, dando sus primeros pasos artísticos al plasmar en papel todo lo que captaba su atención. Hoy, licenciado en Artes Visuales y reconocido promotor cultural, Edgar ha alcanzado renombre como muralista urbano, plasmando en cada obra su inclinación por el realismo y la naturaleza.
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"Desde que supe de la carrera de Artes Visuales, supe que era lo que quería estudiar", comparte Edgar, quien encontró en esta disciplina la manera de conectar sus raíces zoques con su habilidad para transformar espacios urbanos. A lo largo de su trayectoria de más de ocho años, ha llevado su arte a muros en ciudades como Playa del Carmen, Tulum, Bacalar, Cancún, Mérida, así como a estados como Tabasco, Oaxaca, Ciudad de México, Puebla y Guanajuato, dejando su huella también en diversos puntos de Chiapas.
Edgar ha colaborado en importantes proyectos locales, entre ellos la rehabilitación del río Sabinal, intervenciones en escuelas, obras para el DIF y otros programas gubernamentales. Su estilo, caracterizado por un profundo realismo, busca no solo embellecer los espacios públicos, sino también cambiar la percepción del arte urbano. No obstante, su decisión de dedicarse al muralismo no fue fácil de aceptar para su familia, quienes al inicio temían que no encontrara estabilidad económica en una carrera artística.
"El estigma que enfrentamos los muralistas es real", explica Edgar. "La gente suele asociar la pintura en muros con algo negativo, especialmente en el sur del país". Además, añade, "muchas personas aún ven el arte como algo sin valor, y los artistas enfrentamos el reto de que regateen nuestro trabajo o lo desestimen. En Chiapas, es común que no se valore como debería".
Asegura que cada uno de los murales tiene un encanto, actualmente acaba de terminar de realizar un proyecto en el Instituto del Deporte, en el que plasmó a 3 de los deportistas chiapanecos reconocidos en olimpiadas, haciéndoles un homenaje a Luis Armando Najera Vleeschower, Aremi Fuentes y Alejandra Estudillo.
"Más que promover o ver muros emblemáticos, es poder simplificar, juntar y adjudicar el arte y la cultura con las dependencias", explicó.
Menchún aseguró que la sociedad en general debe tener más respeto a los espacios culturales o murales que se pintan en cualquier lado, ya que hoy en día suelen ser maltratados o dañados y realmente lo que se pretende abrir a través de la pintura es dar un mensaje.
Sin embargo, Edgar continúa superando barreras para dignificar el arte y acercarlo a su comunidad. Su objetivo no solo es mejorar los espacios urbanos, sino también educar y sensibilizar al público sobre el valor cultural del arte callejero. A través de sus murales, este joven artista pretende abrir camino para que la sociedad vea el muralismo como una expresión digna de respeto y aprecio.
"Quiero a través de estos murales o proyectos, gestionar o que existan en algún futuro vínculos para que se promueva y que el arte llegue a todos lados (...) y si tienen algún restaurante, un local o un lugar donde adquieran pinturas, cuadros, consumanlo porque hacen un favor al difundir los talentos", aseveró el artista.
A pesar de los desafíos, Edgar Menchún sigue siendo una figura destacada en el arte chiapaneco, un muralista que lucha por integrar su cultura zoque en cada trazo y por cambiar, un muro a la vez, la percepción de la comunidad hacia el arte urbano.
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