La desaparición de cerca de 100 mil fuentes de trabajo y el cierre de empresas, o bien que operen al 15 o 20 por ciento de su capacidad, son parte de las consecuencias en todo el país de la crisis por la que pasan los afiliados a la Asociación Nacional de la Industria del Plástico (ANIPAQ). En ella convergen varios factores, destacándose la promoción para evitar ocupar productos hechos con base en ese derivado del petróleo.
El presidente del gremio, Aldimir Torres Arenas, dijo que ese sector representaba siete millones de toneladas de producción y consumo y 2.6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), así como la cuarta parte de la industria de las manufacturas. Sin embargo, en los últimos tiempos sufrió la embestida de autoridades y sociedad civil, vía organizaciones no gubernamentales (ONG) de corte ecologista, debido a las consecuencias de emplear la mercancía que comercializan, a pesar de que son más “sustentables” que el sector papelero y del vidrio.
Durante el año pasado, la industria del plástico creció 4.2 por ciento. Sin embargo, debido a la prohibición del uso de artículos hechos con esa materia prima, la expectativa para 2019 es un crecimiento negativo, afirmó.
Para él, tanto el fabricante como gobierno y consumidor son responsables de que un popote o bolsa llegue, por ejemplo, a una tortuga. Por esa razón, las tres partes deben laborar “de manera consciente, responsable e incluyente y lo más técnicamente posible de manera conjunta” para hallar formas para que el empleo de plástico no vaya en detrimento del ambiente.
“Todos son materiales maravillosos, pero el plástico es mejor, porque el plástico nos da seguridad, bienestar, performance (…) El plástico es más que una bolsa, un popote, una botella, un plato. El plástico es la seguridad en el avión, el confort en el carro, el poder dormir todas las noches en mi cama, es telecomunicaciones, es agroindustria, es la biomédica. En todos los campos se mueve (…) El plástico nos necesita, pero no olvidemos que a él lo requerimos más nosotros”, puntualizó.
La ANIPAQ informó que durante el ejercicio anterior en todo México siete empresas del giro cerraron sus puertas, de las cuales cinco producen bolsas y dos producían popotes. Atribuyó el hecho a las campañas y/o legislaciones que impiden ocupar productos que tengan el plástico como materia prima.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó que hasta 2014 en Chiapas existían 23 productores de plástico, de los cuales 12 estaban en Tuxtla Gutiérrez, cuatro de Tapachula, dos en Villaflores y Comitán de Domínguez, así como uno en Huixtla, Ocozocoautla de Espinosa y Berriozábal.
Además, en el estado hay representaciones de grandes compañías y micros, pequeño, medianos y grandes negocios locales que autoproducen el plástico que emplean, como refresqueras, embotelladoras y purificadoras de agua, según la Cámara Mexicana de la Industria de la Transformación (Canacintra).