Ante la escalada de precios de la canasta básica, productos como el pollo y la carne de res han dejado de estar presentes en muchas de las mesas de las familias que viven al día en la frontera sur, pues adquirirlos representa el dejar se atender otras necesidades en el hogar.

La señora Martha Flores, indicó que cada vez es más difícil surtirse en los mercados públicos y supermercados, ya que aún con supuestas ofertas, el dinero no alcanza, por lo que de cada producto que compran tienen que disminuir en volumen o regatear constantemente a las vendedoras, sin que puedan llevar a su mesa todo lo que realmente requieren.

Dijo que consumir pollo y carne actualmente es un lujo, por lo que el precio de estos productos se han ido por la nubes, ante lo cual el consumo de los mismos es esporádico en la mesa de su familia.

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Señaló que en el caso del pollo, el precio supera los 150 pesos en los mercados públicos, lo cual pega fuertemente el bolsillo de las familias, por lo que en su caso cuando lo consumen ya no comprar un pollo entero como lo hacía anteriormente y solo adquiere la pechuga o un larguero para que el dinero le alcance.

Por su parte, Leonel Velázquez, afirmó que en su familia el pollo y la carne dejado de ser un plato cotidiano, ya que el adquirir estos productos es gastar lo de un día de trabajo, por lo han optado por sustituirlos por otros alimentos que sean más económicos.

"La situación no está como para gastar tanto dinero en una comida, y más cuando vivimos al día, en mi caso gano entre 100 y 150 pesos diarios y comprar un pollo es quedarme sin cubrir otras cosas esenciales en la casa", sostuvo.

Mencionó que el incremento de los precios de la canasta básica sin duda pega en las familias de bajos ingresos, por lo que tienen que limitarse en comprar lo esencial, en el caso de su familia, cuando compran un pollo lo reparte y consumen hasta para tres comidas, porque no están en condiciones de darse el lujo de comerlos en una sola ocasión.

Finalmente, cabe destacar que el kilo de carne de res oscila entre 140 y 150 pesos, por lo que también es un lujo comprarlo, ante lo cual las amas de casa han debido disminuir o limitar a menos gramos su consumo.