En el marco del Día Nacional por la Inclusión Laboral, la situación en Chiapas revela una persistente negación de derechos, especialmente en el ámbito laboral, según señala Teresa Campos, licenciada en derechos humanos. La Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), responsable de salvaguardar estos derechos, ha sido objeto de críticas por su falta de intervención y acción.
Aunque llegare una queja a la Comisión Estatal de Derechos Humanos, son totalmente omisos, una porque se deslinda de asuntos laborales aunque es un derecho humano y dos porque los problemas de acoso se van a la Comisión Nacional de Prevención de la Discriminación, como quien dice se lava las manos, es una constante la negación de este derecho, no hemos avanzado y si hemos retrocedido y el sector más vulnerable es la diversidad sexual y en especial, las personas trans, donde la negación de los espacios laborales va en su ento y ellas ejercen el trabajo sexual, dice la especialista.
Mientras que la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Chiapas (CEDH) no generó el acceso para una entrevista en la que se buscaba conocer el proceso de atención a este derecho humano, Campos, especialista en derechos humanos, añadió que muchas personas con profesión son rechazadas en los empleos, no les quieren dar el trabajo por algo que es muy sencillo, para el caso de las personas trans al no existir la ley de identidad en el estado, al presentar sus documentos con sus nombres originales no coinciden los nombres con la persona que vez, y aunque el ayuntamiento de la capital diga que por año se vinculan a un promedio de 3 mil personas con empleos en empresas de Tuxtla Gutiérrez, en la realidad es que siguen habiendo los rechazos, no obstante que muchas personas trans reclaman ser tratadas como mujer, sus derechos le son vulnerados, subrayó Teresa Campos, representante del colectivo Brujas Violetas.
Señaló en entrevista que hay una fuerte privación de la libertad del derecho y de la oferta laboral, hay negocios en donde no les gusta tener a una persona en su planta laboral que tiene estos rasgos femeninos mezclados con masculinos, para el caso de las mujeres de otras diversidades e identidades sexuales, las lesbianas hemos sido bastante violentadas por la misma condición, en empresas como Modatelas, Parisina, Granda, Lava Tap y otras tiendas grandes, "he tenido la desgracia" de escuchar de personas mujeres que solicitan apoyos del colectivo que les exigen hacer trabajos muy pesados como de estibadoras, aduciendo que son personas que tienen la fuerza física para hacerlo.
Teresa Campos, defensora de derechos humanos, sostiene que en muchas empresas se obliga a mujeres a recargar productos de gran peso solo por el hecho de ver un cuerpo masculinizado o más masculino que otra mujer, a una mujer que trabajaba hace algún tiempo en una institución de cultura se le obligó a cargar desde el área de mantenimiento a cargar bulso de gran peso de más de 50 kilogramos, revictimizando a los agraviadas con palabras de descalificación, y cuando se quejan o intentan quejarse ni los sindicatos los protegen, ni los o ganos jurisdiccionales en materia laboral, no hay legislación que nos voltee a ver, y la exigencia reformas legales a diversas leyes que garanticen la verdadera protección.
Insistió la profesional del derecho humano que en Chiapas se requieren hacer valer todos los derechos y el trabajo es un derecho humano, lamentablemente no hay un mecanismo legal para exigir que se cumpla, no obstante que el gobierno debe ser garante de este derecho, existe la búsqueda del derecho pero no hay el acceso en su justa dimensión, no obstante que hay profesiones, más bien el ser mujer es una condición de discriminación, el servicio mujer discriminación no elimina la conducta machista, físicamente las mujeres tienen limitantes, pero no es una causal para que le sean vulnerados sus derechos, mientras que la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas (CEAV) no actúa a favor de las víctimas, mientras que la Comisión Estatal de Derechos Humanos, tampoco ejerce sus facultades para la defensa de los derechos humanos en su justa dimensión, el agravio debe ser reparado pero esa condición difícilmente se da y con ello se consuma la revictimización, no hay compromiso de las instituciones para resolver los asuntos, es desgastante poner una queja y darle seguimiento.
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