El director del Centro Estatal de Lenguas, Arte y Literatura Indígenas (CELALI), Sebastián Patishtán Méndez, reconoce la insuficiencia de material literario que fortalezca las 12 lenguas maternas y sus variantes dialectales, no basta con que se hablen, sino que se escriban y bien.
En víspera de la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, este 21 de marzo, enfatizó que un millón 600 mil personas indígenas hablan una o más lenguas, quienes ya no hablan su lengua ya no dicen ser indígena, hay municipios que tienen mayor porcentaje de hablantes que otros.
El funcionario dependiente del Consejo Estatal para las Culturas y las Artes (CONECULTA), precisó que en los municipios indígenas Chamula, Zinacantán, Chenalhó, Oxchuc, Chanal, San Juan Cancuc, Tenejapa, Huixtán, hay un buen porcentaje de personas que no habla ninguna lengua materna tseltal y tsotsil a pesar de que nacieron ahí y no se reconocen como tal.
Los mestizos que se establecieron en esos municipios desde hace ya varias décadas no quisieron aprender las lenguas maternas de estos municipios por varias razones, seguramente pensaron que serían discriminados o excluidos, hay quienes nunca portaron el vestuario tradicional de estos territorios, comentó.
De acuerdo con el investigador, existe más trabajo de investigación en tseltal y tsotsil, que son los grupos indígenas mayoritarios y que juntos poseen seis variantes dialectales y suman más de 500 mil personas, pues se tiene la mayor literatura, libros de textos de educación primarias, manuales de enseñanza de la lengua materna y su escritura.
Los zoques son otro pueblo que registran gran trabajo de investigación, aunque menos que en los dos primeros, en tanto los choles que en número supera a los zoques, en tanto los tojolabales que también han sido beneficiados con textos para la lecto enseñanza pero en menos proporción, narró Patishtán Méndez.
Estos cinco grupos indígenas son los considerados mayoritarios por ser los de mayor población indígena y hablante, donde se tiene el mayor trabajo de fortalecimiento lingüístico, mientras que los minoritarios donde hay menos trabajo de investigación, menor cantidad de libros de textos y menor población hablante de su lengua materna son los jacaltecos, chujes, canjobales, mames, mochos, cachiqueles y lacandones, precisó.
Dijo que de la lengua mochó ya son como 20 hablantes, ya no hay producción de materiales para su fortalecimiento, más bien están a expensas de lo que juntos puedan apoyarse para la enseñanza y la conservación.
Sigue habiendo investigación lingüística y etnográfica pero ya quedan muy pocos al igual que los jacaltecos que sumarán unos 100 hablantes, al igual que los chujes, los canjobales también se están reduciendo la población hablante, en tanto que los lacandones ya serán unos 700 aproximadamente y se entiende la necesidad de que los padres enseñen a sus hijos su lengua y su escritura, reconoció.
De acuerdo con el maestro Sebastián Patishtán se necesita una articulación con las diferentes instituciones de educación, cultura e investigación científica, la palabra desarrollo no solo debe corresponder a obras públicas, equipamiento de cómputo, sino debe significar el fortalecimiento de su cultura, hacer a la demanda de bienestar, atender la migración y discriminación.
Lo que se ha hecho como una estrategia de entender y atender las realidades de los pueblos originarios de Chiapas es traducir los Acuerdos de San Andrés Larráinzar, firmados entre el gobierno federal y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en 1996, en ocho lenguas maternas, puntualizó.