“Si no hay trabajo para los chiapanecos es ilógico pensar que haya trabajo para los migrantes”. Esa fue la respuesta del dirigente del Consejo Coordinador Empresarial de Chiapas (CCE), Óscar Alejandro Figueroa Gutiérrez, a propósito de los últimos acuerdos tomados por los gobiernos de México y Estados Unidos para contener el flujo migratorio proveniente de Centroamérica.
Dijo que hoy el desempleo en la entidad es “muy grande”. Según un observatorio, en el primer trimestre de 2019 Chiapas sólo avanzó 15 o 20 por ciento en su meta anual de generación de fuentes de trabajo formales. En la actualidad la capacidad de ocupación de la entidad es similar a la de 2011, con base en las estadísticas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
En el estado para otorgar los puestos laborales prometidos hay que reactivar su economía. Para ello, la inversión es un requisito. Chiapas necesita producir riqueza, sobre todo en la frontera sur, afirmó.
Para el líder, la acción que permitiría acelerar la economía del estado a corto plazo sería la inversión en infraestructura por medio de dos vías: vivienda y obra pública. Sobre el último, opinó, hay que aprovechar la coyuntura para concretar el proyecto de construcción de un gasoducto en la Costa y el Soconusco.
A mediano y largo plazo ese gasoducto permitirá al sistema productivo de esas zonas transitar de actividades secundarias a terciarias, como el turismo y los servicios financieros. Además, será una ventaja competitiva para atraer capital privado. Un plan de esa envergadura “le daría la vuelta” al extinto programa de la zona económica especial de Puerto Chiapas, debido a que convertirá de facto a toda la entidad en una plataforma logística, aseguró.
Reiteró que la historia demuestra que la migración “no se podría detener por la fuerza”, porque es un fenómeno de “carácter estructural”, que en el estado es más complejo porque la frontera con Guatemala es “grande y porosa”.
“Desde luego la fortaleza de un gobierno se debe ver también en sus cuerpos que aplican la ley, claro, pero ya se vio que no va a hacer por la fuerza (…) La respuesta es la inversión porque si no (la migración) se va a convertir en un problema imparable”, advirtió.
El expresidente de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi), delegación Chiapas, aclaró que México ni la entidad pueden afrontar ese reto solos. La ayuda internacional es imperativa. En ese sentido, planteó que el Plan Mérida pase a convertirse de programa de seguridad a una iniciativa de desarrollo social para la frontera sur y Centroamérica, en ambos casos financiado por la Unión Americana.