El Hospital Comunitario de Cancerología, que hace más de 40 años abrió sus puertas gracias al esfuerzo solidario de las comunidades de Terán, San José, Plan de Ayala y personas de buena voluntad, hoy se encuentra al borde del colapso. La presidenta fundadora, Violeta Albores Ocampo, ha hecho un llamado urgente a la ciudadanía y al gobernador electo, Eduardo Ramírez Aguilar, para salvar la institución y concretar el sueño de un centro oncológico calificado en Chiapas.
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Este hospital, levantado a través de rifas, ventas de comida y lavados de ropa organizados por el Comité de Voluntarios de Cancerología del Estado de Chiapas (COVOCACH), fue durante décadas un pilar en la atención a pacientes con cáncer en la entidad. Sin embargo, en los últimos años sufrió saqueos y una mala administración que lo dejaron en estado crítico.
Ante esta situación, la fundadora y el comité de voluntarios han pedido el apoyo de la comunidad tuxtleca y del nuevo gobierno para rehabilitar el hospital y devolverle su lugar como patrimonio de los chiapanecos. “Esperamos que esta solicitud llegue al gobernador electo para que podamos recuperar este espacio tan necesario en la lucha contra el cáncer”, expresó Albores Ocampo.
Con este esfuerzo, los voluntarios esperan evitar el cierre definitivo del hospital, lo cual ha sido solidario para cientos de familias afectadas por esta enfermedad. La recuperación de este centro, explicó Albores, es clave para asegurar que Chiapas cuente con atención médica oncológica accesible y digna para sus habitantes.
El futuro de este hospital depende ahora de la voluntad de las autoridades y del respaldo de la sociedad civil, quienes unidos podrían lograr la resurrección de una institución fundamental en la batalla contra el cáncer.
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