En los fines de semana, tanto la comunidad local tuxtleca como visitantes, ya sean turistas nacionales o provenientes de municipios cercanos, convergen en el emblemático Parque de la Marimba para sumergirse en una experiencia única.
El kiosco del parque se convierte en el epicentro de una sinfonía cultural, donde músicos y maestros despliegan sus habilidades en la tradicional marimba. Los danzoneros danzan con gracia al ritmo de las piezas, invitando a los presentes a unirse a la danza, creando así un ambiente de celebración y convivencia.
Este espacio, impregnado de tradición y arraigo cultural, se transforma durante estas reuniones en un festín para los sentidos. Los puestos de comida, cafeterías, hoteles y vendedores de elotes se aglutinan alrededor, ofreciendo opciones variadas para acompañar la velada. Muchos optan por disfrutar de estas delicias mientras se despejan del ajetreo diario.
La marimba, alma musical del parque, resuena durante tres horas con un repertorio diverso, creando una sinergia que envuelve a la ciudadanía en un remanso de gozo. Tras una anticipada rehabilitación, los asistentes esperaban ansiosos el retorno de estas tardes que revitalizan el kiosco del parque y sus alrededores, reafirmando la importancia de la cultura y la tradición en la vida de la comunidad tuxtleca.
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