Oswaldo Chacón, el hombre detrás del IEPC

Se dice aficionado a los tamales y el posol, practicó caminata, nació en año bisiesto y se autodefine como una persona que le gusta estar siempre en formación personal y profesional

ELAM NÁFATE

  · viernes 21 de junio de 2019

Oswaldo Chacón, presidente del IEPC

Se autodefine como una persona que le gusta prepararse y disfrutar las distintas facetas de la vida; muy apegado a la familia; amante de la música, literatura, historia, filosofía y arte; reconoce que hay distintas formas de vivir la vida, aunque para él, lo mejor es cultivarse y prepararse siempre, así lo relata en entrevista Oswaldo Chacón Rojas, hombre común y corriente que funge como consejero presidente del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC).

Nació un 29 de febrero y señala que es complicado, cuando el año no es bisiesto, es complicado estar planeando tu no cumpleaños y es lo que le ha acompañado toda su vida “mis compañeros me veían hasta con lástima, decían pobrecito no va a festejar su cumpleaños, ahora ya de viejos me ven con envidia por no cumplirlos”.


¿Cómo es Oswaldo, como te autodefines?

-Siempre he partido de un convencimiento, hay muchas formas de vivir la vida, pero la mejor de todas, creo yo, es cultivarse y prepararse, porque la cultura es algo que se aprende, nadie nace siendo culto; entonces en cualquier trinchera en la que he tenido la oportunidad de estar, siempre he estado interesado en fomentar los procesos de formación, construcción de cuadros, generar escuelas y pensar en las próximas generaciones.

-Me considero un académico, soy profesor universitario, investigador nacional, pero además es algo que me gusta y me apasiona, soy de las personas que entran gustosamente y contento a dar una clase, es algo que disfruto. Siempre he tratado de no descuidar la parte académica y de hacerla participe de mis responsabilidades públicas.


SU FORMACIÓN

Siempre estudió en escuelas públicas, su familia tenía un rancho que pertenecía al municipio de Chiapa de Corzo, en los años 70, antes de cumplir su primer año de edad, su madre, que es una mujer sola (madre soltera) se mudó con mis abuelos a una colonia de Tuxtla Gutiérrez, la primera colonia popular, Los Laguitos.

Ahí paso la primera parte de su infancia jugando en el parque Los Laguitos con toda la banda y los amigos de la colonia, el kínder lo cursos donde ahora están las instalaciones de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.



¿Dónde fue tu formación inicial, cuéntanos de tu formación en la niñez y la juventud?

-Estudié sólo el segundo de preescolar, la educadora decidió, porque era demasiado rebelde, que no podía avanzar el tercer año de kínder; mi abuela molesta decidió sacarme de ahí y meterme de “oyente” a la primaria, después de unos meses la maestra decidió que me iban a valer el curso; ahí estudié los primeros cuatro años de la primaria, en la escuela Emiliano Zapata, vigente aún.

Después me fui a vivir a la colonia Infonavit El Grijalva, cambié completamente de rumbo, del lado poniente me fui al oriente de la ciudad, ahí concluyo el quinto y sexto grado de primaria en la escuela Juan Escutia; la secundaria la cursé en la Secundaria del Estado, una etapa muy bonita; recuerdo con aprecio a mis maestros y las actividades académicas, deportivas y culturales que se generaban en ese colegio hasta la fecha.

La preparatoria la hice en la Prepa 2, derivado del conflicto magisterial una prepa al margen de esa situación, ahí estudié como muchos tuxtlecos; después me fui a estudiar la carrera de leyes, también en una universidad pública, en la tricentenaria Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Chiapas, ahí fue donde nos vinculamos más a las cuestiones académicas, señala.

Ahí conformó una Asociación Civil que se llamaba Ágora, desde donde organizaba eventos académicos, eso lo vinculó con el mundo de la investigación jurídica y política; después estudió el doctorado fuera del país en la Universidad Autónoma de Madrid, durante una época de transición política y partidista en México, de tensión en la democracia. Esa generación interesada en la discusión de la reforma electoral de 1996, que le dio autonomía al Instituto Federal Electoral y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, la reforma que permitió la transición en el 97, luego la presidencial en el año 2000, eso lo llevó a hacer el doctorado en Teoría Política y Teoría Democrática y no en Derecho.


¿Qué fue lo más destacado en esa parte del postgrado?


-Ahí trabajé un tema apasionante que ahora que estamos involucrados en las organizaciones de las consultas indígenas en Chiapas, he tenido que desempolvar mucho de lo que trabajamos en esa investigación, se llamaba “La teoría de los derechos indígenas, límites y restricciones de los paradigmas políticos”, a partir de ahí he ocupado cargos públicos en la Secretaría General de Gobierno, en la Comisión de Fiscalización Electoral, la Universidad Intercultural y ahora en el Instituto Electoral”.



EXPERIENCIAS DE SU VIDA

Precisa que lo han marcado las amistades, muy amigo de sus amigos y destaca que en cada proceso histórico de su vida he tenido la oportunidad de conocer a mucha gente, siempre ha tenido una regla, “trato en cada experiencia de salir con más amigos de los que tenía antes y en cada etapa de mi vida he tenido la oportunidad de conocer a gente muy valiosa y al final es eso lo que te queda, tu familia, los amigos, los recuerdos y memorias”, señala.


¿Te gustan los deportes?, ¿los practicas?

-Fui deportista durante mi infancia y juventud, en los 80’s hice caminata en la ciudad deportiva, en el futbol soccer fui delantero, en la preparatoria jugué basquetbol y voleibol, en la universidad el futbol americano, no tenía las condiciones físicas para ser un buen jugador, peros sigo siendo un gran aficionado a este deporte.

Soy fiel seguidor de los Rams por una película que la repetían a menudo en los 80’s en el canal 5 “El cielo puede esperar” (Heaven Can Wait,) de Warren Beatty donde el equipo donde jugaba el protagonista de la película era justamente Los Carneros de los Ángeles.

En el soccer soy atlantista desde la época del Ratón Ayala, si un tanto rebelde y me gusta ir en contra del status quo y en los 80 todo mundo le iba al América o los Pumas que eran los poderosos o a las Chivas, siempre simpaticé con el Atlante, en el afán de ir con un equipo distinto, raro porque era un equipo alicaído, hasta que llegaron Lavolpe y Rafa Puente y logramos el campeonato en el 93.

Agrega que ahora que está en la primera A, “se ha perdido la afición a este equipo; por lo mismo soy muy aficionado al Barcelona que tiene los mismos colores, espero que regresemos pronto a la primera división”, dice sonriente.


LA FAMILIA

Muy reservado con la privacidad de su familia, explica que está casado con su esposa Gloria, con quien ha procreado tres hijos: Iker Oswaldo de 11 años de edad; Amahia, de nueve; y Ainara, de cuatro años. Dijo sentirse contento y a veces angustiado por no tener el tiempo que le gustaría darle a su familia, “siempre procuro darle el tiempo que se merece, pero a veces la responsabilidad pública es muy grande y hay que hacer un sacrificio; pero bueno la responsabilidad pública es transitoria, pasajera y eso es lo que nos da esperanza”.

Iker Oswaldo es muy aficionado el futbol soccer y juega en la academia de futbol de los Tigres, “es bueno, me gusta verlo feliz y contento y ver como disfruta el deporte.

“Mi esposa ha sido un gran apoyo en todo este tiempo y es quien se ha hecho cargo de las responsabilidades de la casa y lo ha hecho muy bien.

“De mi madre te puedo decir que es muy cariñosa, creyente, de mucha fe y siempre ha sido de mucho apoyo para todos los proyectos que he emprendido, debo reconocer que hace mucho tiempo no me regaña, mi madre ha sido siempre muy consentidora”.

Los fines de semana evita hacer compromisos, pues se los dedica a la familia, muy aficionados al cine, visitar abuelas, “mis fines de semana son muy conservadores, pero muy alegres”.

Aficionado a los tamales y las pastas con salmón, no le gustan los postres y dulces; en las bebidas “no le hago el feo al posol, de repente me echo mis taquitos con posol”.

TEMAS