El municipio de Osumacinta tiene una historia que remonta a tiempos prehispánicos y ha experimentado transformaciones importantes a lo largo de los años. Su nombre, de origen náhuatl, tiene diversos significados asociados, como "ladera de mono", "lugar donde el mono se sentó" y "lugar del mono sagrado".
Osumacinta formó parte del territorio zoque, un grupo indígena que habitaba extensas zonas del valle central de Chiapas. La población se sustentaba principalmente en la agricultura, con cultivos de maíz, frijol, yuca, camote, chile y cacao. También se dedicaban a la caza de venados, jabalíes y otros animales, además de la elaboración de utensilios de barro y piedra.
En el pasado, las viviendas en Osumacinta se construían con materiales como madera, barro y piedra, utilizando técnicas tradicionales. Durante la inauguración de una casa, se realizaban ceremonias con padrinos, sacrificios simbólicos y festejos acompañados de música de marimba.
Los trajes típicos de los pobladores incluían prendas de manta bordadas para los hombres y huipiles cortos con faldas enrolladas para las mujeres, mientras que los niños vestían túnicas sencillas.
Tras la llegada de los españoles, el territorio fue sometido por los chiapanecos y posteriormente por los aztecas antes de la conquista definitiva. En la época independiente, Osumacinta pasó por varios cambios administrativos hasta convertirse en delegación del estado de Chiapas en 1883 y posteriormente en municipio libre en 1915.
En 1976, la construcción de la presa Manuel Moreno Torres marcó un punto de inflexión en la historia del municipio. El antiguo Osumacinta quedó sumergido bajo las aguas del embalse de la central hidroeléctrica, obligando a los habitantes a trasladarse al actual Osumacinta. Este proceso fue considerado un periodo difícil para la población, debido a la pérdida de su tierra ancestral y la necesidad de adaptarse a nuevas condiciones de vida.
Hoy, Osumacinta es una población urbana con aproximadamente 5,000 habitantes. Cuenta con instituciones educativas, un centro de salud, oficinas municipales y servicios básicos. Su conexión con la ciudad de Tuxtla Gutiérrez y otras localidades asegura su integración en la dinámica regional de Chiapas.
El municipio conserva elementos de su herencia cultural y su historia está marcada por los eventos que llevaron a su reubicación, dejando el recuerdo del viejo Osumacinta como parte importante de su identidad.
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