La nueva normalidad que nos impone la pandemia del coronavirus que ha generado un fuerte impacto económico, social, estrés, dolor y miedo, es una oportunidad para cambiar los estilos de vida, abandonar viejas creencias, enfrentarse a lo desconocido, enfatizó Sady Ruiz Samayoa, psicóloga clínica del de la Unidad de Atención a la Salud Mental “San Agustín” de la secretaría de Salud.
El Covid-19 ha roto todos los esquemas de vida que traíamos desde hace muchos años, muchos no creen en la enfermedad a pesar de que ha cobrado vidas humanas, aun cuando hay familias que no han podido despedirse de su ser querido por el riesgo de contagio.
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Dependiendo de cuanta resistencia pongamos a este cambio puede ser que ocurra suave, de paulatina o si nos resistimos va a parecer mayor estrés, dolor de cabeza, malestar estomacal, irritabilidad, estrés e insomnio, en la medida que sea más intensa la resistencia a nuevos estilos de vida, aparecerán síntomas más complejos y puede acompañarse de un malestar psicológico más significativo.
En esta etapa de confinamiento un elemento sustantivo en la familia, en la sociedad y en el trabajo, es la comunicación, que se ha roto con los estilos de vida muy ligeros que se habían construido, ahora se trata realmente de compartir, los padres necesitan abrir esta oportunidad con sus hijos, subrayó.
Aunque estén cerrados los espacios para el deporte, es recomendable ahora hacer ejercicios en casa, una herramienta fundamental para superar el estrés, a la vez, mejora nuestra salud física y mentalmente, practicar la lectura y cultivar el intelecto, se trata de que el confinamiento no nos enferme, sino ser capaces de crear nuevos estilos de vida.
En esta etapa de dolor, duelo, miedo y a veces de desesperación, como sociedad tenemos que ser más empáticos, ayudar a superar el dolor del otro, compartir con el otro, proteger al otro, solo así será más fácil la adaptación a una nueva normalidad, dejar el individualismo y recuperar la humanidad que estábamos perdiendo, sustentó.
A ello, la psicológica Rebeca García Mejía, de la misma institución, refiere que hay muchos cambios que se están presentando en la familia, uno de ellos es que no estábamos acostumbrados a convivir 24 horas en un espacio a veces tan pequeño, en el hogar, que ha generado estrés e irritabilidad en los padres, mucha falta de tolerancia.
Durante este confinamiento por el Covid-19 hemos constatado que nos ha faltado mucho practicar la tolerancia en los demás, en algunos casos el grado de estrés ha llegado hasta la violencia intrafamiliar, el desafío es adaptarnos a nuevos estilos de vida, no va a ser la normalidad que teníamos antes, nuestra condición es muy diferente por el virus.
Lo primero que tenemos que cambiar son los hábitos de higiene dentro y fuera del hogar, cuando los padres salen al trabajo el resto de la familia debe quedar en muy buenas manos, los eventos sociales que hemos suspendido se podrán retomar en algún momento, pero con esta nueva normalidad, en la que haya prevención para nuestra salud.
En la historia de la humanidad en Chiapas hemos tenido enfermedades muy diversas, pero no de esta magnitud, hay familias que se adaptaron muy bien, pero depende de como se tomen las nuevas condiciones, hay quienes aprovechan la convivencia con los hijos, hay quienes se han conocido mejor, pero hay quienes se resisten.
/JO