Niño bolero de chamula: migración indígena y trabajo infantil

Su lengua materna es tseltal, lo practica con sus hermanos y amigos del mismo pueblo

Isaí López / El Heraldo de Chiapas

  · viernes 25 de agosto de 2023

Niño bolero de chamula / Foto: Isaí López / El Heraldo de Chiapas

La familia Sántiz López de Chamula deambulando en las plazas y calles de Tuxtla Gutiérrez, es el reflejo de la migración indígena, la marginación, la exclusión, la pobreza y el hambre, etc., los padres a la venta de chicles, los hijos a asear calzado, todos buscando clientes.

José Sántiz López, es un niño de seis años de edad, originario del municipio de Chamula, en la región Altos de Chiapas, se dedica a asear calzado, apenas aguanta la caja con sus herramientas de trabajo, su pequeño asiento lo carga en la espalda atado con una faja.

Niño bolero de chamula / Foto: Isaí López / El Heraldo de Chiapas

Su madre María López, vende chicles, en las plazas, carga una menor y una más lleva de la mano, su hermano Javier Sántiz López, de trece años de la dad también asea calzado, su padre Edmundo Sántiz vende chicles, en el parque Cinco de Mayo.

Por cada par de zapatos cobra José la cantidad de 15 pesos, dice que su primer par que atendió este lunes 21 de agosto fue a las 2:30 de la tarde, por cierto, los zapatos eran cafés y la crema que pretendía aplicar era de color rojo o amarilla, acudió a prestar con su hermano Javier la crema de color café, este acudió en su auxilio y hicieron correcta la mezcla para dejar satisfecho al cliente.

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Su lengua materna es tseltal, lo practica con sus hermanos y amigos del mismo pueblo, dice que en el día gana 100 pesos, 150 pesos, cuando hay más trabajo alcanza los 200 pesos y los 250 o 300 pesos, con los que colabora para el sostenimiento de la casa, todos tienen que aportar dice.

El pequeño José confirma que no le gusta la escuela y es que dice que ya se acostumbró a ganar dinero para gastar en sus antojos, no espera, no se ilusiona, ni cree que algún día vaya a la escuela, aunque a su corta edad revela que conoce a amigos indigenas que van a la escuela, otros que ya egresaron con carrera, pero a él no es lo suyo.

Niño bolero de chamula / Foto: Isaí López / El Heraldo de Chiapas

Los clientes se sientan en las bancas de las plazas públicas, el pequeño de cabello lazio, de baja estatura, porque así se considera porque a su edad otros amigos están más altos, no desespera, insiste que es un ser humano feliz, contento, que hay veces que gana mucho, hay días que no gana no cincuenta pesos, pero está feliz, no sabe de ahorros, dice que lo que gana lo entrega a sus padres.

Dice llega poco a su natal Chamula, le gusta mucho el carnaval, si te todo, porque ve que sus familiares se divierten con la fiesta, aunque el no sabe el fondo de la misma, está contento en Tuxtla Gutiérrez, dice estar satisfecho con su trabajo, en el que le pregunta a sus clientes si le parece así el color, más intenso o menos, puntualizan que sale muy temprano a las siete de la mañana de la casa donde viven en Tuxtla Gutiérrez, y regresa a las 5 o 6 de la tarde, de lunes a viernes, los sábados la jornada a veces es más temprano, a veces más tarde.

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