Fabio Martínez Castilla, arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, lamentó que a 209 años de la independencia del país, los mexicanos sean dictadores de los mismos; consideró necesario replantear los caminos que, como nación, se asumieron por la libertad, y hacer los compromisos necesarios para construir una sociedad honesta, participativa, incluyente, solidaria, segura y pacífica.
Expuso que México debe apegarse a la justicia y al derecho, siendo respetuoso de las leyes, dejando atrás el terrible mal de la corrupción y que se genere progreso, equidad y desarrollo para todos los ciudadanos.
“El México que soñamos lo construimos nosotros. La historia nos ha mostrado que no somos verdaderamente libres si vivimos fuera de la verdad. Es muy triste que 209 años después veamos cómo los propios mexicanos nos hacemos opresores de otros mexicanos”, expresó el jerarca.
Destacó que no se puede hablar de independencia ni de libertad cuando la democracia está amenazada por intereses personales y partidistas que pueden ajustar las leyes a su modo, donde remarcó los 14 periodistas asesinados durante los últimos ocho meses; tampoco, mientras se arriesga la vida al querer ejercer el derecho a la libertad de expresión e información; ni cuando la violencia, el miedo, la inseguridad y la impunidad imperan en las vialidades.
“México no se puede considerar libre e independiente mientras el crimen organizado amenace las calles y la vida de nuestros jóvenes; mientras no haya oportunidades de empleo y salarios justos para sostener a la familia; mientras no alcancemos un desarrollo económico sustentable y un aprovechamiento sensato de los recursos naturales”.
Finalmente, dijo que los mexicanos recibieron un legado de gran responsabilidad que exige ahora, ya no derramar sangre, sino desgastar la vida para construir lo que aquellos que le dieron la libertad a la nación soñaron para el futuro.