Tuxtla Gutiérrez.- Luego de que las cocineras del Museo Zoque del ejido de Copoya denunciaran el supuesto desalojo que sufrieran de su cocina tradicional y en donde señalaron directamente al Ayuntamiento de Tuxtla y al Instituto Tuxtleco de Arte y Cultura (ITAC), la secretaria de Protección Civil en Tuxtla Gutiérrez Elizabeth Hernández Borges, puntualizó que las instalaciones si están valoradas de riesgo por ello era necesario acordonar el área y salvaguardar la integridad de quienes hacían uso del espacio.
Hernández Borges, agregó que hasta que no se presente un proyecto de Desarrollo Urbano que valide y estabilice la zona no podrán seguir trabajando, ya que es responsabilidad directa de Protección Civil salvaguardar la integridad y evitar la pérdida de vidas humanas.
“Sería irresponsable de mi parte y también sancionado ante las autoridades el no actuar (…) por parte de protección civil cuentan con todo el apoyo para poder hacer la reubicación, ellas comentaban que habían cosas que tenían por supuesto que podemos acudir con personal para hacer el retiro, no se trata de una acción coercitiva es salvaguardar la vida de las personas en todo momento”.
Apuntó que el documento se le proporciono al ITAC y al director del museo, ya que de ellos era la responsabilidad directa; el espacio que albergaba la cocina era improvisada y estaba en riesgo de caerse, la cual sucedió en el mes de junio luego de una lluvia acumulada de más de 35 mm y fuertes vientos, fue en ese momento cuando se decidió acordonar el área.
“Hace una semana se nos notifica que nuevamente estaban ocupando el espacio contiguo con carpas improvisadas que no son adecuadas, por tanto con la facultad que nos otorga la ley estatal de protección civil y notificado como fue el ITAC procedimos a delimitar de manera permanente hasta en tanto no se presente un proyecto de desarrollo humano que valide y estabilice la zona y puedan seguir trabajando, sean las señoras de gastronomía, sala biblioteca o cursos de verano”
El museo Zoque fue valorado de riesgo desde el 2018, a mediados del mismo año se emitió el primer documento en el que se mostró evidencia de un asentamiento a la altura de los baños y la carpa de donde cocinaban.