Solo 60 personas siguen en sus casas, el resto huyó tras ataque armado en Chenalhó

60 personas permanecen en sus viviendas, ya que la otra mitad huyó la semana pasada cuando el grupo armado del Ejército Civil Indígena atacó

Jhonatan González / El Heraldo de Chiapas

  · jueves 18 de julio de 2024

Una madre llorando por la muerte de sus familiares / Foto: Jhonatan González / El Heraldo de Chiapas

En la comunidad de San Clemente, del municipio de Chenalhó, en los Altos de Chiapas, son apenas 60 personas las que aún permanecen en sus viviendas, ya que la otra mitad huyó la semana pasada cuando el grupo armado del Ejército Civil Indígena atacó a los pobladores de Tzanembolom, y en consecuencia a ese poblado vecino, comentó Juan López Torres, habitante de la localidad.

En entrevista con El Heraldo de Chiapas, Juan López explicó que el grupo armado inició los disparos el pasado jueves hacia una decena de viviendas de Tzanembolom, y que durante la madrugada del viernes llegó a San Clemente, y que desde el techo de una vivienda abandonada que se ubica en una montaña abrió fuego contra la población.

“No tenemos problema con ellos ni con el fraccionamiento de Tzanembolom; sin saber el motivo nos atacan. Así como nosotros, también sufren los de Tzanembolom porque hay como 90 personas que los tienen en la escuela primaria y no los dejan salir, ya no tienen comida y sufren mucho, sobre todo los niños”, expuso el entrevistado.

Habitante desconcertada por los hechos en Chenalhó / Foto: Jhonatan González / El Heraldo de Chiapas

De acuerdo con fuentes oficiales, el pasado lunes, elementos de Protección Civil del estado ingresaron a la comunidad sin el acompañamiento de las fuerzas de seguridad para evacuar a los habitantes, sin embargo, fueron ahuyentados a balazos por el grupo criminal que mantiene a los pobladores sitiados.

Victoria Salazar, habitante de San Clemente, aseguró que ante los constantes acontecimientos de violencia decidió huir hacia las montañas y esconder a los niños en zanjas para evitar que sean alcanzados por una bala perdida.

Salimos por miedo a los balazos que nos vienen a dar los tzanembolones. Lo que da tristeza son los niños, por eso cuando nos vienen a atacar salimos al monte y en una zanja escondemos a los niños. Hay ocasiones que no comemos durante todo el día porque ellos (hombres armados) vienen a las 5:00 horas y no hay nada que comer
detalló Pobladora

Por su parte, Enrique Sánchez Díaz, párroco de la iglesia de Chenalhó, aseguró que desde hace tres días tratan de ingresar a la comunidad de Tzanebolom para dejar apoyos humanitarios, sin embargo, lamentó que no han encontrado condiciones para hacerlo por los bloqueos que se instalaron en el tramo carretero Chenalhó-Pantelhó, donde los integrantes del grupo delincuencial derribaron árboles y colocaron rocas grandes para impedir el paso.

“Pues realmente ha sido mucha violencia, en los últimos meses, sobre todo en estos días, ha habido mucho desplazamiento en la comunidad de Tzanebolom, que pertenece a Chenalhó, que está colindante con algunas comunidades también de Pantelhó, se estiman que son más de 800 pobladores los que han huido de la violencia”, enfatizó el líder religioso.

Martha, otra de las pobladoras de San Clemente, recordó que el pasado 14 de junio, seis integrantes de su familia -entre ellos cuatro menores- fueron asesinados por disparos de un grupo de hombres armados que irrumpió su vivienda en la cabecera municipal de Pantelhó, sin embargo, a pesar de suplicar que los dejaran sepultar en el panteón municipal, les fue negado por lo que tuvieron que sepultarlos en un terreno de la escuela primaria.

El pizarrón de la escuela sólo se observan ecuaciones matemáticas sin resolver / Foto: Jhonatan González / El Heraldo de Chiapas

“Estamos tristes, mataron a mi hijo, a mi nuera y a mis nietos. Mi casa tiene muchos impactos de bala, pero estoy triste porque no me dejaron enterrar a mi familia en un lugar bonito, tuve que hacerlo aquí, en este terreno de la escuela, no me quedó de otra”, enfatizó la mujer de 60 años.

En las paredes de las viviendas de San Clemente se observan las evidencias de la violencia que han vivido, ahí están las marcas de balas de alto calibre, así como algunos vidrios rotos. Las clases en esa comunidad están suspendidas y en el pizarrón de la escuela sólo se observan ecuaciones matemáticas sin resolver y que fueron plasmados desde principio de año.