La tradición de elaborar hamacas en el municipio de Berriozábal, se ha heredado de generación en generación, ha crecido en número de artesanos, en la actualidad aunque se gane poco no se deja de hacer, las ganancias han ido bajando por la crisis económica, aunque una familia la necesita no la adquiere porque prefiere resolver otras necesidades, aunque sea una artesanía que ayude a un buen descanso en casa, explicó Miguel Selvas.
Cuanta que cuando él nació ya habían transcurrido muchos años de elaboración de esta artesanía en Berriozábal, se requiere habilidades, hilos, agujas y un bastidor de madera, con forme han transcurrido los años han ido utilizando otras materias primas para el bastidor, lo han elaborado de okuy, la flor que da el maguey, en ese municipio se producía ese vegetal y como consecuencia e elaboraban ahí mismo los hilos.
Posteriormente se dejó de producir en la zona ese maguey, pero no se ha dejado de elaborar la hamaca, es un mueble más para la casa, en el bastidor se establece la medida de la pieza artesanal, se colocan los hijos a la medida que se necesita y luego el tejido es vuelva y vuelta, es ciencia, es paciencia, es conocimiento y es habilidad sobre dónde debe ir la vuelta del hilo, tiene que ser lo correcto para el amarre adecuado, añadió.
Una hamaca puede ser utilizada para tres cosas, para un bebé, se puede utilizar para una silla mecedora y para la hamaca de columpio, para una pieza de un metro con 20 centímetros de largo se necesita cien vueltas tejidas con hilo grueso, 34 puntadas de aguja por 200 vueltas, cien tirantes, para elaborar una pieza de esta dimensión lleva dos días y su costo al mercado será de 400 pesos, cuenta Miguel Selvas.
Dice que a Berriozábal llega el turismo por las hamacas, es demandada, aunque ya es menos, por la crisis y por que son muchos más los artesanos y todos deben vender su producto, él aprendió a fabricarla a los 12 años de edad, lleva más de 20 años fabricándola, en el mes elabora entre 15 y 20 hamacas, la más económica cuesta 300 pesos y la más cara es de 2 mil 500 pesos, el hilo que se emplea es de seda delgado, grueso y de algodón, se necesita un kilogramo para una hamaca pequeña, de dos a cinco kilogramos según el tamaño que se desee.
El kilogramo de hilo en Berriozábal cuesta 120 pesos, por cada pieza que teje en dos días le invierte 240 pesos de hilo y no cobra sus días de trabajo porque nadie se los pagaría, solo considera el costo de la materia prima, le gana un promedio de 260 pesos a 350 pesos, el comprador siempre pregunta cuanto es lo menos, el artesano pide el precio real, pero no siempre se paga lo justo, reiteró el artesano.
Los artesanos elaboramos la hamaca y también el ixtle, su familia se dedica a fabricar hamacas, a vender hamacas, a elaborar con el ixtle el sacudidor, las escobitas, flores artificiales, para darle un valor agregado a la materia prima para resolver el faltante económico por todo el esfuerzo que se invierte fabricando hamacas, algunas piezas las vendemos a mil 200 pesos, mil 500 pesos, mil 600 pesos, 2 mil pesos, 2 mil 500 pesos.
El distintivo de Berriozábal son las hamacas, cree que aunque se le gane poco los artesanos siempre la estarán fabricando, la tradición se hereda al paso de los años, yo ya le enseñé a mi niño el proceso de fabricación, la familia seguirá con esta tradición, una de las más grandes en el estado, es un mueble para el buen descanso, se coloca en el interior de la casa, bajo los árboles, una galera y se puede llevar al trabajo en el campo, después de una gran jornada laboral, se puede disfrutar un buen descanso, señaló.
Hace un llamado a la población a comprar lo justo, a pagar lo correcto por una pieza de calidad, es el mejor producto artesanal, no hay otro, existe una gran diversidad de artesanías, pero las hamacas son lo mejor del estado, se pueden colocar en el vehículo para un buen descanso después de un largo viaje, por eso, hay que valorar el esfuerzo de las y los artesanos, insistió Miguel Selvas.