Este viernes la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, y el presidente Andrés Manuel López Obrador, sostendrán una reunión virtual para abordar el tema migratorio que ha cobrado efervescencia en la frontera sur de marzo a la fecha.
La segunda al mando en el gobierno de Joe Biden podría dar entrada a colaborar con la implementación del programa Sembrando Vida en Centroamérica, a cambio de contener el flujo de migrantes en la frontera que comparten México y Guatemala.
La reunión, que en un primer momento se dijo sería en una gira que la diplomática estadounidense haría por México y Guatemala, se ha apresurado debido al masivo flujo de extracontinentales que han comenzado a avanzar desde Sudamérica y otros muchos que han llegado a Tapachula y la región sur de la entidad.
La semana pasada, Kamala Harris se reunió por videoconferencia con el mandatario guatemalteco, Alejandro Giammattei, y anunció un paquete de asistencia humanitaria de 310 millones de dólares, para erradicar los problemas de fondo que motivan a las personas a huir de sus países.
La reunión AMLO- Harris apuntaría a que el gobierno norteamericano colaboraría con la aplicación de Sembrando Vida, pero eliminando el beneficio de otorgar visas o residencias a centroamericanos en Estados Unidos.
El apoyo apuntaría a un brazo de fuerza económica y sustancialmente social por parte del gobierno de Joe Biden, tal como recientemente se ha hecho con Guatemala.
El gobierno mexicano se vería obligado a recrudecer la contención de migrantes, pero esto representaría que se quedaran varados indefinidamente en la frontera sur, en municipios como Tapachula, Huixtla y Suchiate.
Escalada de migrantes
Mientras tanto, en la frontera sur el número de migrantes se eleva al pasar de los días.
Este jueves desde las cuatro de la madrugada, cientos de extranjeros haitianos, cubanos y centroamericanos se han apostado en las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar).
A principios de febrero se contaban por decenas, pero los flujos de migrantes han logrado escalar desde Sudamérica y ahora son cientos.
Niñas, niños y adultos esperan que los funcionarios de la Comar los atiendan y les den acceso a la bodega que desde 2020 habilitaron como sede alterna.
Sin embargo, a diario sólo otorgan menos de 100 fichas (turnos) para que los extranjeros pasen a realizar el correspondiente trámite.
Los demás tienen que regresar por donde vinieron. Vuelven a los sitios donde descansan y esperan otro día para, quizá, tener un poco de suerte y obtener un pase.
Carlos, nativo de Honduras, ha viajado acompañado de sus tres hijas y esposa. Se ha quedado parado por dos horas donde iniciaron la fila a las cinco de la mañana, pero ahora los haitianos han armado otra para comenzar a pasar.
“Esto es un desorden porque se supone que los turnos deben irse dando conforme uno va llegando, pero se brincan los turnos los haitianos y hasta se pelean. Cómo no se les entiende por su idioma, pues es todavía más difícil ponerse de acuerdo con ellos”, apuntó.
El hondureño sabe que tiene que salir cuanto antes de la Comar, ya que pretende viajar al centro del país y este viernes, la política migratoria, según dice, dará un vuelco inesperado y dañino para él y su familia.