San Cristóbal de Las Casas.- “Se está viviendo una ofensiva, una guerra integral de desgaste muy contundente, veloz y dolorosa, desde el 2020 hasta hoy siguen las provocaciones de parte 40 invasores de la comunidad San Gregorio y la ORCAO de la Región Moisés Gande”.
En conferencia de prensa, Marisol Culéj y Diana Itzú Gutiérrez, del Centro de Derechos Humanos de la Mujer en Chiapas, manifestaron su preocupación ya que las autoridades de gobierno no han tomado cartas en el asunto, pues el caso no solo se da en contra de pueblos originarios Zapatistas, sino de los pueblos en general, “generando la impunidad y la permisibilidad”.
Aseguraron que por las agresiones a la comunidad Nuevo San Gregorio, perteneciente al municipio de Huixtán y municipio autónomo Lucio Cabañas, han hecho denuncias a los tres niveles de gobierno sin tener ningún tipo de apoyo, por lo que hacen un nuevo llamado.
Durante la conferencia presentaron un informe de la Caravana de Solidaridad y Documentación en la comunidad autónoma zapatista Nuevo San Gregorio, realizada desde el 29 de Octubre del año 2020 hasta febrero del 2021, donde destacan las acciones “contrainsurgentes (mecanismos de violencia) desplegadas por el grupo de invasores que están constantemente amenazando y provocando a las familias de la comunidad autónoma zapatista Nuevo San Gregorio”.
“Los participantes en la Caravana hemos constatado las acciones realizadas por parte del grupo invasor. Acciones que han quedado impunes al cobijo del régimen actual. La complicidad de este régimen con los grupos agresores es más que obvia en este y en otros muchos casos donde la resistencia de las comunidades y pueblos significa un freno a las políticas de destrucción y despojo; proyectadas y ejecutadas por el gobierno de la autodenominada Cuarta Transformación”, suscribieron.
Detallan que desde hace un año y tres meses que el grupo de "Los 40 invasores” llegó al Poblado Nuevo San Gregorio, las provocaciones y agresiones han ido en aumento, además de han impedido a las bases zapatistas sembrar y cosechar sus alimentos; “han ejercido de manera constante diversos actos de vigilancia y hostigamiento contra los pobladores, principalmente contra las mujeres”.
“Han impedido el acceso a los terrenos y lugares de trabajo mediante cercas de alambre; han destruido hortalizas y cortado mangueras que suministraban agua en diferentes espacios de la comunidad; han provocado enfermedades e incluso la muerte de ganado colectivo e individual de las familias zapatistas” refieren.