Este 28 de marzo se cumplen 40 años de la explosión del volcán El Chichonal en la zona norte del estado, en sus alrededores directamente conviven con el peligro volcánico unas 8 mil personas en diversas comunidades pertenecientes a los municipios de Ostuacán, Pichucalco, Chapultenango y Francisco León, por ello, en ese territorio se intensifica la estrategia de información sobre la actividad y el riesgo, las rutas de evacuación y la identificación del mayor peligro a través de un semáforo.
Al respecto, la directora del Instituto de Investigación en Gestión de Riesgo y Cambio Climático de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, Silvia Ramos Hernández, informó que efectuarán un foro virtual el 25 de marzo sobre la actividad del volcán en el que harán presencia vulcanólogos de los Estados Unidos que participaron en la atención del siniestro de 1982 en esa zona norte del estado de Chiapas.
El 26 de marzo en el municipio de Chapultenango se realizará con las comunidades un foro de información sobre la actividad del volcán, su vida durante 40 años, el trabajo de monitoreo y sísmico, los pendientes en ese rubro en esa región y los estudiantes de ciencias de la tierra harán una exposición de trabajos relacionado con el volcán sobre el monitoreo, y el 27 se hará un ascenso al volcán El Chichón, para seguir aportando información sobre los peligros que debe conocer la sociedad para saber actuar en caso de una emergencia.
Un grupo muy reducido de especialistas en monitoreo sísmico y volcánico habrá de descender al cráter para realizar las mediciones de la temperatura de la laguna, la acides, alcalinidad y recolectar muestras para traerlas al Laboratorio de Ciencias del Suelo para su estudio, se dará mantenimiento a las estaciones sísmicas ubicadas en las faldas del volcán y la aspiración es poder conseguir mayor financiamiento para ampliar la red de monitoreo y establecer cuando menos dos estaciones más.
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El volcán genera movimientos sísmicos de hasta 3 grados que solamente son perceptibles en la zona, el riesgo sigue siendo el mismo de 1982 cuando ocurrió la explosión que afectó en un radio muy amplio de 10 kilómetros a la redonda, la caída de ceniza fue muy grande, pero básicamente las comunidades muy cercanas en un radio de 4 kilómetros son muy susceptibles a los flujos piroplásticos que bajan a ras del suelo y arrasan con todo lo que encuentran en su paso por las pendientes de la montaña, explicó.
Por ello, enfatizó, Ramos Hernández, es de suma importancia el monitoreo que se realiza, pero celebramos que Chiapas tiene una institución formando recursos humanos en estas áreas del monitoreo sísmico y volcánico, y está aumentando la capacidad de trabajar con las comunidades para crear una percepción sobre el riesgo volcánico, los volcanes tranquilos no quiere decir que están dormidos, pero hay que enseñar a comunidades que conviven con un riesgo permanente.
La explosión de hace 40 años inició el 28 de marzo de 1982 cuando se destapó el domo, una explosión muy grande que alcanzó una columna de 17 kilómetros de altura que dispersó una gran cantidad de ceniza y rocas volcánicas calientes, pero realmente el fenómeno más destructivo fue el del 3 y 4 de abril, que generó una columna superior a los 20 kilómetros de altura y fue la que pasó la atmósfera donde se diseminó las cenizas volcánicas que estuvo dando vuelta a nivel mundial más de tres meses, precisó.
